Rei se intentó comunicar con Nagisa después de su apresurada salida, pero la llamada era declinada. Para la quinta vez que intentó llamarlo, el celular se declaró como apagado. Decidió esperar hasta el día siguiente para que su amigo se tranquilizara, si es que lo podía seguir llamando su amigo.
A media tarde del domingo, hizo un nuevo intento para hablar con el, pero fue inútil. Consideró ir a su casa y afrontarlo cara a cara, pero la cobardía se apoderó de él. ¿Qué iba a decirle? ¿Y si no quería verlo? ¿Y si era el fin de su amistad? Eran las preguntas que no dejaban de darle vueltas en su cabeza hasta el punto de marearlo. No había duda en que aquella afirmación que había comenzado por un bobo juego era cierta. Se volvía cada vez más evidente desde que Nagisa se marchó. Tenía que hablar con él, sólo debía hallar las palabras adecuadas.
Necesitaba ayuda o consejo. Pero no sabía de quién. Estaba seguro de que no de su familia, eventualmente se los tendría que decir, pero todo a su momento. "Mamá, papá. Creo que me gusta un amigo mío. Aunque no estoy seguro de si soy homosexual. Por una u otra razón le dije que me gusta y salió huyendo. ¿Qué debería decirle?" Sonaba demasiado ridículo hasta en su mente. Decidió auxiliarse en su recurso más confiable, los libros.
Salió de su hogar y se dirigió a la biblioteca. Una vez ahí, le preguntó a la encargada sobre la sección de ciencias sociales. En ella buscó todo lo relacionado con la sexualidad, tomó unos tres títulos y se tomó asiento en la mesa más cercana.
Estuvo por más de una hora pasando las horas buscando información. "De acuerdo, he aprendido más de lo que quería saber y he llegado a éstas conclusiones: 1.- Estoy en un 85% seguro de que soy homosexual. 2.- Es posible que esté en la etapa de la negación y 3.-....No debí averiguar sobre su tipo de relación sexual. Pero ninguno de éstos libros tiene algo que diga "Le dije a mi mejor amigo que me gusta, ¿ahora que?" Necesito algo con casos reales, donde haya situaciones como la mía. ¿Dónde encontraré algo así?"
Con la cabeza baja, dejó los libros en su lugar correspondiente y salió de la biblioteca. De camino a su hogar se encontró con una librería, pensó que ahí debía haber una publicación que lo ayudara a resolver su problema. Por más que buscó en la sección de novelas juveniles, no encontró nada que lo pudiera ayudar. Estaba a punto de rendirse y retomar su camino cuando giró su cabeza y vio un letrero con una flecha mostrando la sección de manga en el sótano. Dudó por un momento, pero alguna vez había escuchado que había historias de relaciones entre homosexuales, así que decidió bajar. Recorrió los pasillos con su bufanda cubriendo su rostro, por vergüenza a que alguien lo reconociera. Encontró un estante en donde unas letras negras indicaban "Manga Yaoi". Pasó un par de tomos y quedó completamente estupefacto. La mayoría ellas eran de relaciones entra un chico menor que siempre niega ser homosexual y un mayor que insiste en acosar al protagonista. "Esto... no es para nada hermoso. Hay más escenas eróticas que historia. Compañeros de trabajo, pedofilia, ¿cómo pueden entretenerse con eso?" Dejó de un lado su intriga cuando escuchó una risa femenina detrás de él. Al mirarla de reojo, notó a una chica con gafas y cabello café oscuro, la cual apartó la vista cuando la volteó a ver. Ese acto fue lo que dio por finalizada su visita.
Una vez llegó a su hogar, se lanzó sobre la cama exhausto. Fijó su mirada s el techo, tratando de pensar en lo que le diría a Nagisa al día siguiente si llegaba a encontrárselo. Soltó un suspiro y después quedó profundamente dormido y no despertó hasta el día siguiente.
Más de una vez se cruzó con su amigo pero lo evitaba a toda costa, durante las clases era lo mismo. Generalmente era Nagisa el que se acercaba a él y llamaba su atención de cualquier manera posible. No importó cuanto lo intentó, bolas de papel, gestos, susurros, nada funcionó.
Llegó la hora del almuerzo y el rubio salió corriendo del aula con excesiva energía. Subió a la azotea con la esperanza de que estuviera con Haru y Makoto, pero no tuvo tanta suerte.
—Ah, Rei, ¿pasó algo entre Nagisa y tú? — dijo Makoto con mirada de preocupación después de que el peli-azul no hubiera dicho una sola palabra desde que se sentó.
— ¿Eh? No, para nada, él... dijo que quería almorzar con sus amigos de la clase. — respondió seguido de una sonrisa forzada. Makoto y Haru compartieron una mirada de complicidad y asintieron al mismo tiempo.
—Rei...—No pudo terminar la frase porque una chica abrió la puerta de súbito.
— ¡Chicos! Vengo a traerles el nuevo plan de entrenamiento... ¿Huh? ¿Dónde está Nagisa-kun? —Al ver que nadie respondía, se sintió avergonzada de su propia intervención. —Etto... ¿interrumpí algo?
Makoto negó con la cabeza como respuesta. Gou tomó asiento a un lado de Rei. Se encontraban en un silencio bastante incómodo. Haru fue quién rompió el hielo.
— ¿Nagisa y tú pelearon?
Bajó la mirada e hizo una pequeña mueca de inconformidad para finalmente asentir con la cabeza. —Podría decirse. Yo... dije in par de cosas innecesarias y me ha estado evitando todo el día.
—Eso si que es raro en él. Nee, ¿qué fue lo que...? — Haru lo tomó del hombro, interrumpiéndolo. Gou pareció entender la indirecta así que se levantó rápidamente llevándose al castaño.
— ¡Ah, Makoto-senpai! ¿Me acompañas a la cafetería? Dicen que venden una deliciosa ensalada de espinaca. ¡Es bueno para el crecimiento de los músculos! — Sin recibir respuesta por parte suya, salieron de la azotea.
Una vez solos, Haru decidió hablar seriamente del problema. En ese tipo de situaciones, se apoyaban mutuamente ya que de alguna manera eran parecidos.
— ¿Qué sucedió exactamente? — le preguntó directamente.
"Debería decirle, es decir, ¿seré juzgado al decir que es lo que soy en realidad? Haruka-senpai siempre a sido muy imparcial en todo y suele ser una buena ayuda. No tengo muchas fuente de ayuda, supongo que vale la pena intentarlo." Tomó un gran suspiro y finalmente levantó la mirada.
—La verdad es que... hace poco me di cuenta de que tengo... s-sentimientos hacia Nagisa-kun, y por unas circunstancias, se lo dije. — sintió como sus pómulos tomaban un tono carmín.
Su compañero quedó paralizado por la sorpresa. Había notado algunas señales y atracción entre ellos, pero no creyó que fuera en serio. Si sus sentimientos eran sinceros, era muy probable que los mismos fueran correspondidos.
—Te ayudaré a que hables con él, pero debes prometerme algo.
— ¿Eh? ¿Qué cosa?
—Que nunca le harás daño. Lo conozco desde hace mucho tiempo y es una gran persona. Sólo pido eso.
—Haruka-senpai... — Quedó algo desconcertado por lo último que dijo, pero se volvió serio ante la propuesta. — Yo nunca, NUNCA, le podría hacer daño.
Su contrario le mostró una pequeña sonrisa pero no pudo decirle nada más porque sonó el timbre marcando el fin del receso. Se levantaron del suelo y se dirigieron a sus respectivas clases.
Enfrentaría a Nagisa más tarde.
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For the first time, you're mine
Fanfiction*REIGISA* //SI NO TE GUSTA EL BOYXBOY O ESTA PAREJA. NO LO LEAS. PUEDE CONTENER ESCENAS YAOI\\ Reí siempre ha sido un persona que basa sus acciones en cálculos y estudio, pero el que Nagisa siempre lo haga actuar sin pensar puede ser la única cosa...