7.

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Sus congelados labios recobraron el tacto con el calor de su aliento y la fricción de aquellos músculos. Empezaron con delicados movimientos que fueron subiendo de intensidad. Nagisa rodeaba el cuello de Rei con sus brazos mientras que el brazo izquierdo de su contrario revolvía su rubia cabellera y el derecho lo tomaba por la espalda. Fue abriendo su boca poco a poco, jugueteando con la lengua del otro.

"Dios... aunque lo haya hecho sin pensar, esto realmente... me gusta. Está... bien, ¿no?  Después de todo, a pesar de ser chicos, ahora somos una pareja. Por lo que leí en esos libros extraños, esto es una situación muy común. Sin embargo, aquello siempre conlleva a ¿¡r-relaciones sexuales!? ¿Es eso lo que pasará? Se algo de ellas por los mangas pero no sé si estoy preparado. No creo que deberíamos. Aunque, si Nagisa-kun quiere... "

Decidió olvidarse de todo por primera vez en mucho tiempo, y se dejó llevar por el momento. Era increíble que el único que podía hacerlo despojarse de sus cálculos y fórmulas, era quién lo hacía pensar las cosas de más.

Sin previo aviso, su contrario apoyo sus manos en la cabecera del asiento del piloto para tomar fuerza con la que pasó sus piernas en el regazo de su compañero, quedando sobre él sin despegar sus rostros. Era claro que no iba a ser sólo un beso. Rei puso sus brazos en la cintura del otro, atrayéndolo hacia él.

"Creo que Nagisa-kun quiere tomar el control de las cosas. No puedo poner objeción a sus deseos, pero la posición de abajo no es para nada hermosa." Inclinó su cuerpo hasta que lo recargó en el volante, tratando de no poner demasiada presión para no activar la bocina. Envolvía su lengua, la rodeaba y a veces se separaba para tomar aire. Si la tormenta ya había cesado, no lo notarían ya que los vidrios se empañaban cada vez más con sus respiraciones  entre cortadas.

Aunque no se encontraba del todo seguro que sus actos fueran correctos, Rei subió sus manos hasta el pecho de Nagisa y fue bajando el cierre de su chamarra para bajarla hasta sus hombros. Éste, en respuesta, quitó su bufanda y retiró su suéter con cuidado para no tirarle sus gafas. El chico de cabellera azul acariciaba su marcado abdomen mientras llenaba su cuello con suaves besos. Se disponía a levantarle la playera, cuando unas voces provenientes de la ventana del lado del copiloto llamaron la atención de ambos.

— ¡Lo sabía! Es gay. Me debes 500 yenes.

—Eso no prueba nada. ¿Haz considerado la bisexualidad?

—Sólo lo dices porque no te gusta la derrota, onee-chan.

—Espera, Hikari, creo que ya nos vieron...

Rei empujó a Nagisa de vuelta a su asiento rápidamente y se colocó su suéter y bufanda. Escondió su rostro en ésta para no mostrar su vergüenza.

— ¡Ah, Hika-chan, Hiyo-chan! Pensé que estarían adentro con Oka-san. —dijo el rubio con algo de nerviosismo acomodando su chamarra y bajando el vidrio.

—Ahí estábamos, pero cuando no regresaste de la cafetería, nos mandó a buscarte. Todo empeoró cuando inició la nevada y no estabas ahí. —dijo la que tenía cabello castaño rojizo con flequillo.

—Pensamos que tal vez estabas dentro del auto, aunque nos preocupaba que estuvieras solo. Pero nos tranquilizó escuchar de una enfermera de que habías salido con un chico muy apuesto. —Ambas, dirigieron su mirada a su acompañante, que seguía oculto tras sus prendas.

—Por cierto, ¿quién es?

— ¿Amigos? ¿Amigos con beneficios? ¿Novio? ¿Amante? ¿Qué relación tienen? —La chica con cabello café oscuro con el frente jalado hacia atrás con unos broches.

Abrazó al apenado chico del cuello obligándolo a acercarse a aquellas chicas. — ¡Oh! Debo presentarlos. Rei-chan, ellas son mis hermanas. Hika-chan, Hiyo-chan, éste es Rei-chan, mi novio.

La chica con cabello recogido y oscuro que parecía responder por el nombre de Hikari dio una expresión de "victoria", mientras que la otra sólo tuvo una expresión de ligera sorpresa que casi parecía actuado. — Espera, ¿acaso no es aquel chico de tu club de natación del que siempre hablas?

— ¡Así se hace! ¡Aprendiste bien, Nagi-chii! Parece que mis consejos sirven de verdad.

— ¿Huh? Significa que, ¿ya sabías sobre esto, Hikari?

Su contraria se sobresaltó y tensó su antes energética forma de hablar. —Ah, puede ser que me haya preguntado una que otra cosa.

— ¡Tramposa! ¡Con razón estabas tan segura de que fuera gay! Ya decía yo que tenías mucha confianza en tu apuesta.

— ¿Y qué hay de ti? Todos estos años viendo doramas con él. ¡Por eso pensabas que estaba interesado en las chicas!

—No es lo mismo. ¡Seguramente le mostraste de tus novelas homosexuales! Así es, las encontré debajo de tu cama.

— ¡Sabía que esculcabas mis cosas! Entonces no te importará que le diga a mamá sobre tu pequeño viaje a Tokio, ¿cierto, Hi-yo-ri-onee-chan?

— ¡No te atreverías!

— ¿Eso crees?

— Mah, mah, chicas. Creo que deberíamos regresar, Oka-chan ha de estar como loca.

-Nagisa tiene razón. Luego hablaremos de esto, Hikari.

Ambas se alejaron del auto y caminaron hacia la entrada. El chico de cabellera azul estaba completamente confundido por aquella situación, no parecía que los acababan de ver en ese incómodo momento. Le daban más importancia a la sexualidad de Nagisa. No se concentraban en un tema. Era evidente que eran familia.

—Y... ¿qué te parecieron mis hermanas?

—Son... interesantes.

— ¿Verdad? Creo que les agradaste. Bueno, tenemos que irnos.

Salieron del vehículo y Nagisa activó la alarma. Alcanzaron a las chicas poco antes de entrar al edificio, pero éstas seguían discutiendo. Hikari se giró hacia ellos y les habló de nuevo.

—Por cierto, Nagi-chi ¿eres heterosexual o homosexual? ¿O tal vez bisexual?

— ¿A qué te refieres, Hika-chan?

—Se refiere a que te sientes atraído hacia los hombres, las mujeres, o ambos.

— ¿Huh? ¡No he oído nada como eso! ¡Yo sólo quiero a Rei-chan!

Acto seguido, abrazó a su aún confundido compañero, el cual tenía un sonrojo que sólo podría ser comparado con un maduro jitomate.

— ¡N-N-Nagisa-kun! No me use como su único atractivo.

—Oh, ¡soy Rei-sexual!

—No invente su propia sexualidad, por favor.

—Pero es cierto, no puedo ver a nadie más. ¡Rei-chan es el único al que quiero!

Aquel comentario conmovió por completo al muchacho, y le dirigió una tierna sonrisa y acariciaba su mejilla con su mano.

—Entonces, yo soy Nagisa-sexual.

La chica mayor hizo un movimiento repetido con su mano para darse aire y su respiración era interrumpida por sus expresiones de emoción.

— ¡Moh! ¿Cómo puede ser que mi hermanito menor haya encontrado a su príncipe azul antes que yo?

Su hermana se encontrada tomando fotos mientras un líquido rojo escurrió por su nariz.

—Esto va directo a mi colección.

—No tienes vergüenza, ¿cierto?

—Lo dice la que tiene fotos pegadas de "sus oppas "en el techo y les desea buenas noches.

—Touché.

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⏰ Última actualización: Oct 30, 2015 ⏰

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