Era un frío sábado por la tarde, el invierno apenas comenzaba pero parecía que se encontraba en su máximo apogeo. La nieve comenzaba a tapar las casas con claro color. Fijaba su vista hacia esto cada cierto tiempo para ver si entre aquella tempestad blanca podía verse una figura humana. No paraba de mirar el reloj con cierta desesperación, puesto que su compañero seguía sin llegar. Rei acomodaba los libros de cocina que estaban en la mesa, preparaba té verde y sacaba unos anman dulces del horno. Las cosas dulces no eran de su agrado pero sabía de sobra que su visita era fanático de ellas. Puso todo en una bandeja cuando sonó el timbre, caminó hacia la puerta mientras exclamaba "¡Voy!" para que quién estuviera al otro lado de ella la oyera. Se asomó por la mirilla para ver de quién se trataba aunque ya lo sabía. A través de ella vio a su amigo rubio con una gran sonrisa en su rostro y saludando eufóricamente con su mano derecha. Quitó el seguro y abrió la puerta, se cruzó de brazos mientras se recargaba en el marco de la puerta.
—Nagisa-kun, llega tarde, hace 30 minutos que lo he estado esperando. — dijo mientras apretaba sus brazos contra su pecho y fruncía el ceño. Aquellos actos de irresponsables le molestaban mucho y para su mala suerte, su amigo era experto en llevarlas a cabo. Su contrario sólo se limitó a sonreír y rascar la parte trasera de su nuca mientras entrecerraba los ojos.
—Perdón, perdón. Me quedé dormido y apenas pude alcanzar el tren. — sin recibir respuesta por parte del otro, atravesó el umbral, cambió sus zapatos por las sandalias para estar en casa. Rei estuvo a punto de protestar, pero sabía inútil, así que suspiró y cerró la puerta. Nagisa ya estaba en el salón dando de saltos y brincos. No eran muchas las veces que visitaba su casa para estudiar y hacer los deberes, pero estaba más que acostumbrado al lugar, como si fuera su propia casa. Después de pasar la mirada por cada esquina, subió las escaleras y entró al cuarto de Rei, el cual llegó corriendo detrás de él.
Lanzó su mochila dentro del cuarto sin mirar a donde fue a parar y se lanzó sobre la cama. Comenzó a rodar sobre ella mientras reía, desordenándola por completo. Rei estaba llegando a su límite así que frunció el ceño y caminó al pie de la cama.
—Nagisa-kun, estamos aquí para estudiar no para girar como troncos, así que le pido que baje de mi cama.
—No me voy a bajar, ¡nunca, nunca, nunca!—dicho esto, rio juguetonamente mientras rodaba más rápido, deshaciendo la cama por completo. —Deberías intentarlo Rei-chan.
El chico de anteojos suspiró y tomó un extremo del cobertor, tirando al rubio al suelo.
—Ahora que se ha bajado, comencemos con los deberes. —Se sentó en un extremo de la mesa, tomó una pluma y abrió su cuaderno de historia. Nagisa se reincorporó con un puchero en su rostro resignándose a sentarse en el otro extremo de la mesa y hacer su tarea.
— ¡Rei-chan! No entiendo esto. — tomó su cuaderno a tiempo que se posicionaba al lado derecho de Rei, pegando el mismo contra su cara.
—1.- Puedo contestar la pregunta desde mi lugar. 2.- ¿Cómo pretende que conteste su duda si no puedo si quiera leerla? 3.- No puedo respirar. —separó el cuaderno de su rostro, dejándolo sobre la mesa para que respondiera su pregunta.
Sus explicaciones eran claras y concisas, mientras él explicaba, Nagisa asentía con la cabeza o preguntaba algo relacionado con el tema. Una vez aclarada su duda, regresó a su lugar y prosiguió a trabajar por su cuenta. Pasado un tiempo, volvió a tener otro problema. Regresó nuevamente a un lado de su compañero y esta vez puso el cuaderno como le indicó.
—Ah, eso. Es algo difícil, así que necesito que me pongas mucha atención. — Tomó unas hojas blancas para poder explicarlo sin arruinar su propio apunte. Nagisa acercaba más y más su rostro hacia el cuaderno, como si no quisiera perderse ni un solo paso. Éste movimiento siguió hasta que su cara estaba completamente pegada a la de Rei, lo cual lo hizo sentir avergonzado, causando un leve sonrojo en sus pómulos.
—Hay algo que se llama espacio personal y lo está invadiendo justo ahora. — dijo mientras ocultaba parte de su cara con su mano izquierda simulando acomodar sus lentes. El rubio hizo otro puchero mostrando su descontento.
—Ah, pero no alcanzo a ver bien de lado. — Notó el leve sonrojo de su compañero y le lanzó una mirada "coqueta". — ¿O tal vez es que te gusto, Re-ei-cha-an? —Su sonrisa indicó que estaba bromeando pero esto hizo a Rei sentirse ansioso sin estar muy seguro de la razón. Con una mueca sarcástica siguió con su juego: —Estoy seguro de que no siento ese tipo de atracción por ti. Si así lo fuera, es más probable que tú tengas sentimientos hacia mí.
Nagisa se paralizó por un segundo, sintió que la conversación estaba llegando a otro nivel pero no podía abandonarla en ese momento ya que él la había empezado como un "juego". — ¿Qué dices, Rei-chan? Es difícil que alguien te miré de esa forma, eres gruñón y no sabes nada de sentimientos. — A pesar de la inocencia con lo que decía, Rei se sintió algo ofendido por el comentario y enmudeció por un momento.
—De cualquier modo, a lo que quiero llegar con esto es que no me gustas. — dijo dándose por vencido. Pero Nagisa iba a persistir.
—Te gusto.
—No me gustas.
—Te gusto.
—No me gustas.
—Te gusto.
—No me gustas.
—Te gusto.
—No me gustas.
—No te gusto.
—Me gustas. — Al darse cuenta de que había caído en aquella trampa, se sonrojó por completo y trató de negarlo. —N-No, ¡no es así! S-Sólo...—Ante sus múltiples protestas, el rubio sólo se limitó a soltar una risa, aunque también tenía un leve tono rojo en su rostro. Lo miró con ojos pícaros y se fue acercando a él.
—Y dime... ¿por qué te gusto? ¿Es por mis ojos rosados o por mi rubio cabello? — Estaba claro que seguía jugando y esto a Rei comenzaba a cansarle. —No es por nada de eso ya que NO ME GUSTAS. — respondía, pero parecía que su compañero había dejado de escucharlo.
—No te culpo, mis hermanas dicen que soy un imán de chicas, aunque nunca pensé que también funcionara en chicos. Dicen que soy como un adorable peluche, sigo sin entender por qué. También dicen que los chicos bajitos son más tiernos, es por eso ¿verdad? Sabía que tenías un fetiche por la gente de baja estatura, es decir que... ¿¡SÓLO ME QUIERES POR MI CUERPO!? Que terrible eres, Rei-chan. Aunque si tienes cara de pervertido. ¡Apuesto a que tienes cámaras en todas partes! ¡Podrías estar grabando EN ESTE PRECISO MOMENTO! — A pesar de las insistentes aclaraciones de Rei, Nagisa hizo sus propias conclusiones, haciéndolo rayar en lo ridículo. Una vez terminó de hablar, con suma prisa y sin casi tomar aliento, se levantó de su lugar y con suma seriedad levantó el colchón y los cojines, como si buscara algo. —No me engañarás más, tu obsesión hacia mi se acaba ahora.
Rei había llegado a su límite, no podía entender cómo podía hacer ese tipo de argumentos. Fue cuando sacó el primer libro de la repisa cuando explotó. — ¿¡Y QUE SI EN REALIDAD ME GUSTAS!? ¡NO SIGNIFICA QUE ESTÉ OBSESIONADO CONTIGO, SIMPLEMENTE ME GUSTAS! ¡ME GUSTAS NAGISA, ME GUSTAS!- Se hizo un silencio abismal. Sólo se escuchaban los latidos de sus corazones latiendo al mismo compás. Por el tono y por la forma en que lo decía, sabía que hablaba en serio.
No podía retractarse, habían quedado sus sentimientos al descubierto, aunque no sabía de ellos anteriormente. "¿Qué estoy diciendo? ¡Somos hombres! No puede haber tal sentimiento entre dos personas del mismo sexo. Pero debo admitir que Nagisa me hace sentir...diferente... No es como el resto de los chicos, siempre pensé que era debido a su peculiar personalidad, pero no es así. Tal vez es sólo un buen amigo o tal vez, sólo tal vez, yo..." Sus pensamientos fueron interrumpidos por su compañero, quien se veía muy nervioso. — ¡Woah! ¡Mira la hora! Ya es muy tarde. Casi olvido que tengo que, que, que ir al recital de mi hermana e ir al supermercado y sacar a pasear al perro.
—Nagisa-kun, ninguna de tus hermanas toca un instrumento, nunca vas al supermercado y no tienes perro.
— ¿Cómo sabes? Pude haber cambiado y pude haber comprado un perro en el camino. El aire se me va, el calendario solar ah... ah... Bye Bye. —En un abrir y cerrar de ojos, recogió sus cosas y salió de la habitación. Rei trató de alcanzarlo, pero la confusión lo retrasó y sólo alcanzó a ver su espalda al salir de su hogar. Se apoyó sobre una pared para recuperar el aliento. Estaba más confuso que nunca, pero las cosas parecía que comenzaban a aclararse.
—A mi... ¿me gusta Nagisa?
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For the first time, you're mine
Fanfic*REIGISA* //SI NO TE GUSTA EL BOYXBOY O ESTA PAREJA. NO LO LEAS. PUEDE CONTENER ESCENAS YAOI\\ Reí siempre ha sido un persona que basa sus acciones en cálculos y estudio, pero el que Nagisa siempre lo haga actuar sin pensar puede ser la única cosa...