Capítulo XXV
Eran las 3 de la madrugada cuando el doctor MonEl dejó su coche en el garaje, cerró las puertas y entró en su casa con aire muy fatigado. Bueno, la señora Olsen tenía un par de hermosos y sanos gemelos que añadir a su actual familia de 8. El señor Olsen no estaba feliz.
"- Gemelos - protestó malhumorado - ¿para que sirven? Si fueran cuatrillizos, servirían de algo. Recibes toda clase de regalos, vienen los de la prensa, sales en los periódicos y dicen que hasta la Reina te manda un telegrama. Pero ¿que son unos gemelos sino dos bocas que alimentar en lugar de una? Nunca hubo gemelos en nuestra familia, ni tampoco en la de mi mujer. Esto no esta bien -"
El doctor MonEl subió a su dormitorio y empezó a desnudarse. Echó una ojeada a su reloj. Las tres y cinco minutos. Había resultado más difícil de lo esperado traer al mundo a aquellos gemelos, pero todo había ido bien. Bostezó. Estaba fatigado, muy fatigado. Dirigió a su cama una mirada afectuosa.
Entonces el teléfono sonó. Con un juramento, el doctor MonEl atendió la llamada.
- ¿MonEl? -
- Si, ¿quien es? -
- Soy Imra. Creo que será mejor que venga. Todo el mundo parece haberse puesto enfermo -
- ¿Enfermo? ¿Como? ¿Que síntomas tienen? -
Imra los detalló.
- Voy inmediatamente. Entretanto... - le dio algunas instrucciones precisas.
Volvió a vestirse con rapidez, echó algunas cosas más en su maletín y bajó apresuradamente para coger el coche.
Unas tres horas más tarde, el doctor e Imra, los dos agotados, se sentaban a la mesa de la cocina para tomar grandes tazas de café.
- ¡Ah! - el médico se bebió el café en un par de tragos - Lo necesitaba. Y ahora, Imra, vamos a ocuparnos de los detalles -
Imra lo miró. Las evidentes muestras de fatiga que se reflejaban en su rostro le hacían parecer mayor de los cuarenta y cuatro años que tenía. Las patillas oscuras mostraban algunas canas y eran bien visibles las ojeras.
- Creo - manifestó el doctor - que todos se restablecerán. Pero ¿que es lo que ha sucedido? Es lo que quisiera saber. ¿Quién guisó la comida? -
- La señorita Zor-El -
- ¿Que plato era? -
- Pollo al curry y arroz, no estará insinuando... -
- No insinúo nada, ¿ha sobrado algo de comida? -
- Si, un bol del curry y algo de chutney -
- Está bien, me lo llevaré -
- ¿Puedes velar por todos hasta mañana? Sobretodo cuídese, es usted la sal de la tierra. Usted significa mucho para mi -
-------------------------------
Diana estaba desconcertada.
- ¿Arsénico? -
- Si. Estaba en el curry. Aquí está lo que queda, para que lo analice el forense. Yo solo he hecho una prueba rudimentaria, pero el resultado ha sido concluyente - explicó MonEl
- ¿Así que hay un envenenador? -
- Eso parece -
- ¿Y dice usted que todos estaban afectados excepto la señorita Edge? Eso parece un poco sospechoso -
- ¡¿Que motivos iba a tener ella cuando se desvive por esos pajarracos?! - exclamó molesto el doctor MonEl
- No se enfade, podría ser que hubiese uno de la familia que armase más escándalo del necesario, alguien que está fingiendo con el fin de evitar sospechas. ¿Que piensa usted? -
ESTÁS LEYENDO
4.50 from Paddington (adaptación supercorp)
FanficMe gustaría que se entendiera que los personajes no tienen relaciones familiares, solo uso sus nombres para que pongáis rostros a la historia. En esta historia no hay sexo, pero está catalogado con Madura por las muertes. Durante su viaje de regreso...