Capítulo XXI: Sin control

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"Espero que cuides muy bien de tu sobrina, tiene estadía indeterminada"- Namjoon.

Mina abolló la pequeña tarjeta y la mantuvo aprisionada dentro de su puño, esa jovencita aún ni siquiera le había dedicado una mirada y ya quería hacerla desaparecer del lugar.

Fue Chaeyoung quien tuvo que alejarla con esfuerzo de aquel apretado abrazo para cerrar nuevamente la puerta y entregarle la tarjeta luego de leerla.

Era castaña, como una combinación entre ella y Chaeyoung y sus ojos eran otro tono de cafe. No le gustaban, no le parecían dulces ni sexualmente expresivos como lo de Chaeyoung. Su mentón llegaba un poco más abajo del hombro de su esposa por lo que la hacía unos centímetros más baja que ella. Y era joven, no debía sobrepasar los 21 años sy sus gestos, como tono al hablar, lo demostraban.

— Entonces habló ella, cruzándose de brazos dijiste que tu nombre era...

— No lo he dicho —la cortó la chica, observándola de arriba abajo y ella alzó ambas cejas. Iba a obligar a su mente planear algo para hacerla desaparecer cuánto antes— Soy Nancy —murmuró, y ella clavó sus ojos en sus pechos.

— Claro, lo notamos... ¿y qué se supone que nos traes? Porque vienes de parte de Namjoon —aclaró al arrojar el papel— Puedes darnos el mensaje o las indicaciones y Chaeyoung te llevará a casa, antes de que se haga más tarde.

— Oh, no, no ¿qué no ves mis valijas? —no, no las había visto pero allí estaban, a un costado de la puerta y eran bastantes grandes— soy la nueva miembro de su equipo. Seré parte de esto ahora —les sonrió a ambas y Mina tuvo que morderse los labios para no dejar caer su mandíbula. De quién sea que haya sido esa idea, la iba a reclamar al día siguiente ¿Qué ganaban Namjoon o Soon-young integrando gente a su equipo? Ellas tenían todo bajo control ya— Estoy muy cansada ahora, no soy de aquí y mi vuelo duró casi ocho horas ¿Cuál es mi habitación?

— Estás en ella —aseguró Mina.

— Lo que Mina quiere decir —intervino Chaeyoung— es que Namjoon no nos había anticipado esto y la casa cuenta con habitaciones contadas. Puedes... ¿explicarnos un poco cuál sería tu posición aquí?

— Namjoon está algo ansioso, quiere terminar este trabajo cuánto antes y dijo que mientras más gente lo ocupe y lo distribuya, más rápido acabará y tendrá el resultado que desea.

— ¿Pero haz hecho esto antes? —inquirió Mina y la chica ladeó su cabeza, obviándole la respuesta y aumentando sus ganas de golpearla allí mismo— ¿Y cómo llegaste aquí? ¿Quién te acompañó? ¿Cómo sabías que esta era nuestra casa?

— Namjoon me dejó cerca, a la entrada de Santa Bárbara —le respondió ella con esa soberbia que aún no alejaba― y me dijo que tocara timbre, que buscara a mi futura tía, a Chaeyoung. Y antes que lo preguntes —alzó su mano al ver la boca de Mina abrirse para interrumpirla― me describió a Chaeyoung como la hermosa y sexy de las dos. No fue muy difícil deducirlo —terminó, girando para tomar sus maletas y la rubia se impulsó hacia ella, deteniéndose por los brazos de Chaeyoung en su cintura para no saltarle encima— Sé que los niños tienen un cuarto para cada uno, quizás mañana puedas desocuparme uno —ordenó mirando a la rubia y perdiéndose luego escaleras arriba, arrastrando la maleta y generando un sonido ensordecedor con las ruedas sobre cada escalón.

— ¿A dónde va? —le preguntó entre dientes.

— Quizás al baño ―le respondió Chaeyoung arrastrándola a la cocina— ¿puedo saber que sucede contigo? inquirió por lo bajo y ella la fulminó con la mirada ¿cómo se atrevía a reclamarle luego de que la otra mocosa la tocara sin discreción y la tratara de no sexy?

reglas de oro ; 𝗺𝗶𝗰𝗵𝗮𝗲𝗻𝗴Donde viven las historias. Descúbrelo ahora