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"¡Gracias por venir, que tengas un buen día!" Dijo el cajero mientras salías de una panadería con una caja llena de pastelitos, junto con algunos chocolates y otros bocadillos que compraste antes. Básicamente estabas saltando de alegría, con una enorme sonrisa en tu rostro. Hoy fue el segundo aniversario de Miles y tú, y aunque hubo un par de obstáculos en el camino, estabas feliz de que ambos siguieran juntos. Miraste tu teléfono para ver la hora y viste que Miles te envió un mensaje de texto.
"Mi amor"
Empujaste la puerta con los pies y caminaste lentamente, y pareció que Miles no te escuchó, porque no escuchaste pasos que venían por ti. Dejando tus cosas en un sofá, caminaste tratando de encontrarlo. A medida que se acercaba a su habitación, comenzó a escuchar ruidos que sonaban como Miles y algo más, realmente no podía decirlo. Todavía querías sorprenderlo, así que lentamente abriste la puerta.
"Miles, por favor..." Una chica que nunca había visto antes estaba en el regazo de TU hombre, presionando besos en su rostro y frotándose ligeramente contra él.
"Cálmate, cariño, pronto cuidaré bien de ti", dijo mientras sostenía las caderas de esa chica y las movía hacia abajo con un gemido. Ni siquiera te diste cuenta de que estabas llorando hasta que te tapaste la boca con las manos. Lentamente caminaste hacia atrás y azotaste su puerta, sabiendo que él sería capaz de darse cuenta de que lo atraparon, tomando todas tus cosas, dejando la llave extra que te dio en una mesa y corriendo.
Tus piernas te llevaron todo el camino a casa, aunque fue una gran distancia. Ni siquiera podías sentir el ardor con lo triste que estabas. Tan pronto como llegó a su casa, cerró con llave todas las ventanas y puertas, sabiendo que Miles intentaría entrar. Solo quería acostarse en la cama y llorar, pero sabía que tenía una cosa más que hacer.
"Uf", gemiste al ver quién estaba parado detrás del panel de vidrio. "Voy a seguir llamando si no me dejas entrar". Su voz sonó apagada, pero entendiste lo suficiente como para desbloquear y abrir la ventana para él. "Oye, mira-" Comenzó, pero NO estabas escuchando su BS. "No Miles, mira. He tratado contigo durante los últimos DOS años. Cada vez que has mirado, coqueteado o incluso besado a otra chica, lo he ignorado y te he perdonado. NUNCA te he engañado, yo Incluso he ignorado a todos mis amigos varones por ti porque te pones muy celoso. Estoy cansada, Miles, y no puedo contigo. Por favor, vete".
"Cariño-" te rogó Miles.
"No me llames así. Así llamaste a la chica con la que te estabas besando antes. Vuelve con ella y no vuelvas a hablarme nunca más". Comenzaste a empujarlo hacia la ventana, desesperada por que se fuera antes de que comenzaras a llorar o lo golpearas hasta la mierda.
"No, no estamos haciendo esta mierda". Te empujó hacia atrás hasta que tu espalda quedó contra la puerta del dormitorio.
"Miles, no-" Tus insultos se disolvieron en gemidos cuando él comenzó a chuparte el cuello. "No te voy a dejar, y no hay forma de que me dejes, ¿entiendo?"
Querías decir que no, pero tu corazón todavía lo anhelaba desesperadamente, así que te derretiste en su toque. Él notó tu respuesta y mordió ligeramente tu cuello, tirando hacia atrás para atraerte a un beso apasionado. No importaba lo que hicieras, estabas atrapado, y Miles ciertamente no te dejaría ir.
