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No pudiste evitar reírte al ver a Hobie hacer una serie de poses dramáticas entre cada swing en su telaraña. Acababas de completar una misión de un día con el punk, con habilidad experta y sin un solo desliz. Incluso se aseguró de mantener la anomalía contenida en un grado inesperadamente efectivo. No pudiste evitar compartir la emoción de Hobie.
Hobie era tu amigo más cercano en el equipo, se unió hace unos meses, te veían como una nueva recluta, aún no confiado... él no te veía así. Debido a la falta de interés de Hobie, más como un odio límite, por las etiquetas, ustedes dos no estaban definidos... simplemente pensaban que eran "cercanos".
Estar cerca, contarse cualquier cosa y todo, respaldarse mutuamente sin importar nada, incluso involucrarse en algunas de sus demostraciones a las que asistió, atenderse mutuamente, ya sea por lesiones u... otras necesidades. Los dos eran inseparables, pero indefinidos. A pesar de que muchas de las otras personas araña solo deseaban que ustedes dos aceptaran que están saliendo.
"Oi amor, quiero mostrarte algo, un nuevo lugar en el que he estado pasando el rato", sus palabras despertaron tu interés y tú simplemente asientes. En ese momento, comienza a girar en otra dirección, agachándose y zigzagueando a través de una serie de edificios. Haciendo todo lo posible para mantenerse al día, su curiosidad solo crece con cada golpe.
Cuando finalmente se detiene, está parado en la azotea de un hotel. Aterrizas junto a él y miras a tu alrededor, ves una gran piscina, una serie de tumbonas e incluso una pequeña área de descanso con una gran hoguera. Este "nuevo lugar" era una suite en el ático de la azotea de un hotel.
"Bueno... ¿a quién sobornaste para que te permitieran estar aquí?" Tu tono era juguetón cuando él comienza a caminar hacia la piscina, tú siguiéndolo de cerca. Se ríe por lo bajo y te mira con las manos en las caderas. "Qué puedo decir... Tengo conexiones". se quita la máscara y la arroja sobre el sillón detrás de él.
"No está reservado", agrega esperando calmar tu leve malestar. No necesitaba usar sus sentidos arácnidos para saber eso. Hobie siempre había sido un observador increíble, notando la forma en que cambias ligeramente tu peso, cómo escoces la tela de tu traje, cómo tus ojos se desvían cada pocos segundos. Era fácil darse cuenta de esas cosas... porque a menudo no podía evitar observarte.
Te quitas la máscara también, arrojándola en el sillón detrás de ti, colocado justo al lado de él. Mientras lo observa quitarse las botas, luego el chaleco y la camisa, sus ojos se abren como platos. Se da cuenta de tu expresión de asombro y se ríe con una sonrisa divertida. "¿Qué? Acabamos de hacer una misión que mantendrá a Miguel fuera de nuestros culos durante meses. Solo estoy celebrando, amor"
