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Hace muchos muchos años atrás...

Un Omega se había levantando, ya era de día, llegó a su suponer al ver esos finos rayos de sol que se filtraban por los filos de la madera dañada, se intento reincorporar pero un fuerte dolor proveniente de sus costillas le hizo parar en seco, recordó lo que pasó ayer y no puedo evitar que unas lágrimas se escapen de sus ojitos color miel, los cuales estaban apagados, sin ese brillo que caracterizaba al Omega hace unos años atrás.

Escucho unos pasos y supo quién era, por lo que su lobito se escondió y tembló del miedo, el olor a pinos y eucalipto llegó a sus fosas nasales.

Si, era el...

Un Alfa alto entro a la oscura habitación, su mirada fría se dirigió hacia el pequeño cuerpo del Omega, el cual bufo al verlo en ese estado.

-Eres un asco, realmente no sé cómo me llegué a emparejar me contigo-escupio con furia y asco

El corazoncito del Omega se rompió...

El alfa se agachó y de sus bolsillos saco unas llaves, sus manos se dirigieron hacia los tobillos del Omega dónde yacía unas cadenas de acero grueso.

Libero los tobillos del Omega y se levantó. -Apurate que tengo hambre, espero que con lo de ayer entiendas lo que te va a suceder si te atreves a desobedecerme-sin esperar una respuesta salió de la cabaña

El Omega una vez que vio que el Alfa se fue pudo respirar bien, se intento parar pero no pudo por una fuerte punzada en sus costillas haciendo que caiga de nuevo en un fuerte golpe en seco al no tener la suficiente fuerza, su cuerpo le dolía, le quemaba y no tenía fuerzas, así que en un nuevo intento una vez se reincorporo, sus manitos se sostuvieron del viejo mueble que tenía y con un impulso logro levantarse del suelo.

Su manito se dirigió al lado izquierdo de sus costillas y camino despacio, tenía que cocinar, sabe lo que pasará si el llega y no hay nada por lo que a paso lento camino y se dirigió a la cocina pero antes paso por un espejo que estaba ubicado en la sala, su mirada se detuvo ahí.

Una lágrima se deslizó por su mejilla.

Su carita estaba cubierta con ciertos hematomas y un poco de sangre en sus labios, su cuerpo estaba tan delgado que parecía que podía quebrarse en cualquier momento, no pudo evitarlo y lloro, lloro porque ese hombre al que se había entregado no era nada a lo que una vez fue y le dolió al ver cuánto le permitió dejar que le lastimara de esa forma, le dolió porque permitió eso y permitió de abusara de el, se siente sucio y se siente usado. Alguna vez el llegó a pensar que el cambiaría, pero no pasó, el amor que sentía hacia el era tan fuerte que espero paciente, no importa cuántas veces le haya golpeado y después venga un perdón, el lo perdonaba porque pensaba que cambiaría, pensaba que volvería a ser el gran Alfa del que se enamoro pero no fue así.

Hace algunos años atrás el era el Alfa perfecto, quien le llevaba flores cada día, quien le decía lo hermoso y lindo que era, quien se encargo de amarlo pero también de destruirlo.

Y no hay palabras para poder describir el dolor que siente, porque sabe que solo el amor puede dolor así, sus ojitos se nublan por el llanto y siente una opresión en el pecho y solo quiero gritar, quiere gritar porque quiere salir de ahí pero sabe que no puede, porque a pesar de todos los golpes el aún lo ama, no puede resistir más y suelta un grito de dolor.

Pero quién no a llorado y sufrido por amor?
Quien ha dado todo por la persona equivocada?.

Le es difícil controlarse y no sabe cuántos minutos paso hasta que se calmo y se levanto, se dirigió a la cocina, aquella cocina que están tan desgastada al igual que su alma, que está tan usada al igual que su cuerpo ....

El tesoro del Alfa KimDonde viven las historias. Descúbrelo ahora