➥ Changbin, nieto de Felix y Jeongin quiere saber cómo se conocieron después de ver fotos de su álbum, sin saber que al desear demasiado conocerla, lo llevaría al pasado para hacerlo con sus propios ojos.
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➺ Pareja principal: Lee F...
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Jeongin tuvo sus clases con tranquilidad, caminó hacia las afueras del establecimiento, miró hacia al cielo, ya se estaba oscureciendo. Vio que en una de las bancas estaba el mayor mirando el cielo de forma fija, la luz del farol iluminaba su rostro haciendo que sus pecas se vieran mucho más lindas; agito su cabeza quitando esos pensamientos de su cabeza.
Felix sintió una mirada y se volteó a ver sonriendo en grande al ver al rubio.
—¡Jeonggie!—se levantó y corrió hasta el más alto.
—No me esperaste mucho, ¿verdad?—ladeó su cabeza y Felix negó.
—Salí hace como cinco minutos—le sonrió tranquilizando, al contrario.
Fue ahí cuando notó el pómulo morado y su labio ligeramente roto.
—Pero ¿qué te pasó?—le preguntó acercándose a él y Felix sonrió nervioso.
—Pues, tenía que luchar con alguien para ver mi nivel, pero terminé en una pelea muy real con Choi...—soltó una risa y Jeongin lo miró a los ojos.
—Tonto. Con qué moral me dices que no me meta en peleas si tú haces lo mismo—negó tomando las mejillas del más bajo para revisar más de cerca sus pequeñas heridas
Felix sonrió.
—¿Acaso me vas a besar?—levantó una de sus cejas y Jeongin levantó su mirada a los ojos.
—¡No!—lo soltó como si le hubiese dado una corriente eléctrica—S-solo estaba mirando que no estaban desinfectadas ni curadas.
—Ah, pues sí. La enfermera se fue temprano así que la enfermería estaba cerrada—puchereó haciendo una mueca al sentir el ardor.
—No hagas eso, te lastimaras más—le advirtió—. Es mejor que me vaya solo, debes estar cansado.
—¡No!—gritó y Jeongin se sobresaltó—Yo dije que te acompañaba, eso haré—lo tomó de la mano comenzando a caminar fuera del establecimiento.
Jeongin se rió sin poder evitarlo, aunque estaba avergonzado por el agarré firme que tenía el mayor sobre su mano; se tocó su oreja derecha con su mano libre, mientras era jalado por el más bajo.
—Eh...Felix...es para el otro lado—Felix lo miró y parpadeó lentamente.
—Ah...—sonrió sin soltar la mano cálida del menor.
Los dos caminaron hacia la casa del más joven sin soltar sus manos ya que a ambos se les hizo muy cómodo estar así; estaban sumidos en un cómodo silencio que ninguno quería romper, aunque cuando llegaron a la casa de Jeongin sus manos se tuvieron que soltar.
—Aquí es...—miró la casa que estaba iluminada.
Felix suspiró con resignación al saber que se tenían que despedir ahí.
