El Azul más Hermoso

41.- De vuelta a casa

La Mo'at se preparaba para el viaje que estaba a punto de empezar, después de haber convivido con el joven metkayina se pudo dar cuenta que era el indicado para estar con su lindo Neteyam.

Sus pasos lentos la guiaron al gran árbol donde poso una de sus manos, sus ojos se cerraron y con un suave suspiro le pidió a Eywa que bendijera está unión, una unión que crearía lazos nuevos entre dos clanes diferentes en aspecto pero iguales en sentimientos.

El suave viento movió sus cabellos cálidamente, el sol brillaba intenso y las platas se movían lentamente, hoy era un día hermoso, lleno de alegría y buenos deseos.

Los ojos dorados de la Mo'at se abrieron lentamente, una suave sonrisa se poso en su rostro y sin esperar más sus pies la guiaron al reducido grupo de omatikayas que la esperaban para partir.

Su lindo Neteyam guiaba el grupo, se veía imponente sobre su ikran y al mismo tiempo tan delicado mientras tenía entre sus brazos a su pareja, su porte había cambiado mientras el tiempo iba pasando y ahora era todo un hombre, la mirada decidida y su fuerte determinación lo hacían un líder nato.

Con un grito alzaron vuelo hacia el hogar metkayina, el resto del clan soltaba silbidos y gritos de felicidad, una despedida acogedora para el joven que se iba de su hogar pero que su hogar siempre permanecería en su cálido corazón.

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Jake junto a Neytiri miraban fijamente el horizonte, sabían que dentro de poco su hijo y parte de su clan llegarían a tierras metkayina, la emoción en sus corazones se hizo presente cuando vieron a lo lejos un grupo de ikrans.

El líder como suponían era su pequeño Neteyam, a su lado estaba la Mo'at omatikaya, habían guerreros y por supuesto los humanos que se habían quedado con ellos para evitar futuros ataques.

Los metkayina al notar a los visitantes se agruparon para darles la bienvenida y por supuesto los líderes corrieron emocionados al saber que su lindo Aonung había regresado.

Al llegar, el grupo de ikrans voló en círculos sobre la hermosa arena y por fin aterrizaron, Jake y Neytiri corrieron hacia su hijo, el cual ya había bajado de su ikran y ayudaba a su Aonung a llegar a la arena.

Los líderes metkayina también se acercaron a la pareja y con mucho ánimo las familias se reunieron, los líderes metkayina abrazaron a su Aonung, lo habían extrañado mucho durante esos pocos días.

La felicidad del clan se hizo presente cuando entre saludos cordiales y suaves dejos de música guiaron al recién llegado grupo hacia el centro de la isla donde los esperaban una gran variedad de comida.

Tsireya la cuál estaba terminando de arreglar algunos platillos vio con emoción a su hermano, el cual llegaba rápidamente a su lado para saludarla, ambos se abrazaron con emoción mientras se dedicaban suaves palabras de alegría.

"Tsireya, tengo tanto q contarte, estos días fueron un sueño, tener el cariño de los omatikaya y poder conocer un lugar tan maravilloso fue increíble"

La voz alegre de Aonung hizo que tsireya sintiera mucha felicidad por su adorado hermano, que no pudo contener una gran sonrisa de pura satisfacción.

"Hermano, estoy tan contenta por escuchar que este corto viaje fue de total felicidad para ti y estoy muy deseosa por escuchar tan hermoso relato pero me contarás todo más tarde ahora solo disfruta de la bienvenida"

Así ambos hermanos se acercaron a la mesa donde ya estaban su familia y todos los omatikaya que llegaron a su amado hogar.

La celebración termino casi al anochecer, todos los recién llegados fueron conducidos a sus respectivos Mauris mientras que las familias omatikaya y metkayina se dirigieron al hogar Sully para conversar sobre una situación muy importante.