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Peter Pan pov's

Suspiraba con fuerza con cada estocada. Dejando escapar gruñidos y maldiciones con cada embestida que daba, haciendo la cama rechinar.

—Maldición, estás demasiado apretada... —Gruñí con molestia pero con satisfacción al sentir sus paredes humedas y cálidas apretarme dentro de ella. Empujé mis caderas hacia su coño rosadito y apretadito mientras ella gemía y se retorcía debajo de mi, suplicándome por ser más suave y menos profundo con mis embestidas.

Sin embargo no podía, sentía que debía marcarla, hacerle entender que me pertenecía y era mía para la eternidad.

Apoyé mi mano en el cabezal de nuestra cama para poder concentrar mi fuerza en mis embestidas. Hundí mi polla en su vagina, enterrando la en ella. Mis movimientos eran rápido y profundos, quería llenarla de mí, quería que ella me sintiera en cada milímetro de su pequeño y cálido cuerpo.

Me detuve por unos segundos y puse mi mano en la parte baja de su vientre.

—¿Lo sientes? ¿Sientes mi polla dentro de ti? Tocando cada milímetro del interior de tu coño, desgarrando lo. —Murmuré cerca de sus labios, mi tono era serio y ronco. Quería que ella lo entendiera.

Ví sus mejillas teñirse de rojo brillante ante mi murmullo. Aparté mi mano y la puse sobre la cama, a un lado de su hombro para continuar con mis embestidas.

—Joder, me encantas... —Gruñí al oírla gemir y suspirar con dificultad.

Sus manitas se aferraban a las sábanas cómo sí de eso dependiera su vida. Sus labios entre abiertos, permitiéndole gemir para mí. Podía ver su lengüita asomarse por sus labios, ver su lengüita rojita y llena de saliva caliente me llenó la cabeza de escenas eróticas de ella chupando mi polla. Sus adorables mejillas rojas y su carita sudada a causa del calor de la habitación que ella y yo habíamos creado. Sus ojos estaban llorosos, pero no era tristeza, miedo o dolor, sus ojos brillaban del placer que le proporcionaba. Era demasiado para su pequeño cuerpo virgen, que yo mismo había desvirgado.

Sentí sus piernas temblar y su cuerpo ablandarse, ella se estaba por correr. No quería decepcionar a mi pequeña por lo que profundice mis estocadas y me moví más ágilmente para llenarla de placer y llevarla al éxtasis.

—Mmh~! Daddy~! —Gimió  aferrándose a las sábanas.

Puse una de sus piernas en mi hombro para poder llegar hasta su punto G, la embesti para poder ver su expresión de infinito placer.

—¡Aahg~! ¡Mmhg~! —Gimió con fuerza antes correrse en mi polla.

Sentí sus fluidos calientes mojar mi polla. Su cuerpo de relajó y suspiró
aliviada.

Pero yo no había terminado.

Yo aún no me corría.

No me importaba si me tomaba toda la eternidad. Yo me iba a correr dentro de Tn. La voy a llenar con mi semen.

Retomé mis movimientos rápidamente, empujando mis caderas con fuerza hacia ella. La embesti con fuerza, sujetando sus caderas firmemente.

Segundos después sentí que estaba apunto de tocar el cielo, sentía la mejor e inefable sensación de placer.

Estaba apunto de correrme, ya casi llegaba al éxtasis dentro de Tn.

Pero me desperté.

Abrí los ojos y ví a Tn dormida a mi lado. Parecía una adorable bolita calientita y suave, abrazándome con ternura mientras dormía. Su cabello estaba despeinado, y tenía un rastro de saliva seca en su mejilla.

Quería golpear algo, odio soñar esas cosas. Es placentero pero molesto nunca terminar.

Suspiré suavemente, una sonrisa se formó en mis labios al recordar que hoy tendría una cita con mi niña.

Se lo pedí ayer en la noche, junto a la hoguera. Fue un momento tierno y feliz para todos. Aún recuerdo esa sensación de felicidad inexorable en mi pecho. Esa calidez que sólo Tn me proporciona, ese amor tierno y dulce que sólo siento con ella.

Miré la ventana y logré divisar el sol saliendo atravez de las cortinas. Asumí que tendría tiempo para dormir un poco más, pero después de varios minutos en silencio me rendí.

Suspiré con pesadez, tenía una ereccion, insomnio y una cita importante con mi pequeña está noche. Temía que la cita no fuera perfecta para ella, que no le gustará o que algun imbecil no hiciera lo que había ordenado.

Me quedé callado, mirando el techo de madera de nuestra cabaña pensando en todo lo que tendría que hacer hoy antes de la cita. Sin embargo, sentí un dolor punzante en mi entrepierna, mi polla seguía dura.

Deslice mi mano lentamente a mi entrepierna para masajear la y estimularla sobre la tela de mi ropa interior, sentí la tela húmeda; estaba llena de pre-semen. Me empecé a masturbar pensando en Tn, soltando pequeños gemidos y gruñidos en voz baja para no despertar la. Mi mano subía y bajaba rápidamente a lo largo de mi longitud expuesta. Me estremecí ante la idea de deslizar mi polla por los pechos de Tn y llenarla de mí leche.

—Ooh~ —Gemi suavemente de manera ronca e impostada al imaginarme millones de escenas eróticas y lujuriosas con Tn, rompiéndola de todas la maneras posibles.

Estiré mi mano desocupada hacia la mesita de noche que tenía junta a mi cama, abrí el cajón y saqué una braga de Tn; se la robe un día en el que ella estaba distraída.

Al sentir mi éxtasis avecinarse, la puse sobre mi cara, oliendo la braga de Tn, imaginando que es ella quién está sentada sobre mi cara. Segundos después la deslicé hacia mi entrepierna, posicionandola sobre mi pene erecto. La suave y delicada tela de la ropa interior femenina de mi mujer, se empezó a desgarrar con mis movimientos bruscos y rápidos.

Un par de movimientos después me corrí sobre la ropa interior femenina de mi niña, llenándola de semen. La tela de la braga estaba desgarrada y llena de mí, de mis fluidos.

Suspiré aliviado al sentir mi cuerpo relajarse y mi polla liberarse.

Nunca creí tener que masturbarme, siempre creí que era patético, pero aquí estoy, masturbandome en las noches y madrugadas para no lastimar a mi nena.

—Las cosas que me haces hacer, princesa... —Suspiré con dificultad, mi respiración agitada y pesada me impedía respirar y hablar correctamente.

Acaricié su mejilla con mi mano limpia de semen. La miraba con amor y cariño, pero no podía esconder mi deseo y lujuria.

Tomé una respiración profunda antes de levantarme de nuestra cama para prepararme para nuestra cita. Ya me sentía mejor, ya me había dado un petit plaisir para empezar el día.

Mi niña (Peter Pan y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora