El Lago

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Peter y yo nos adentramos a la cueva donde se encontraba ese hermoso lago cristalino. El agua era de color turquesa, era simplemente hermoso. Sentí unas manos rodear mi cintura por atrás, era Peter.

—Es lindo, ¿no?—Murmuró a centímetros de mi cuello, rozando sus labios sobre mi piel mientras su aliento caliente chocaba contra mí.

—No solo es lindo, es bellísimo, es hermoso... es perfecto... —Balbuceé, atónita ante el paisaje frente a mí.

—Me alegra que te guste—. Asintió con una sonrisa cálida y serena.

—¿Podemos acercarnos al agua, por favor? —Pedí, sonriendo con emoción. Sentí mi pecho llenarse de calidez, estaba muy entusiasmada por explorar este nuevo lugar.

—Claro que sí, linda—. Asintió con una sonrisa divertida.

Acaricio mi mejilla con su pulgar y me cargo al estilo nupcial.

Al llegar al borde del lago me sentó entre sus piernas, me encontraba de espalda a su pecho. Podía sentir su calidez, podía sentir su cariño y amor. Rodeó mi cuerpo con sus brazos como si buscará protegerme de algo o como si no quisiera que nadie me tocase o viese.

Peter metió su mano debajo de mi vestido y empezó a acariciar mis muslos con la punta de sus dedos. Lo hacía de manera tan delicada y suave que me hacía sentir relajada pero también me hacía estremecer con el tacto de su mano, un sentimiento que me hacía sentir un tipo de placer que nunca había experimentado. Peter me hacía sentir y experimentar cosas completamente nuevas para mi. La verdad no estaba segura que tipo de afectó o que significa esta acción ya que nunca había visto a las hermanas hacerlo y tampoco recuerdo haber leído sobre este tipo de muestra de afectó... La mezcla de emociones se mezcló y me hizo dejar salir un leve jadeo.

—Ah... —Solté un pequeño gemido, apenas audible.

—Cariño, ¿está todo bien? —Preguntó, con una sonrisa socarrona, cómo si supiera exactamente lo que me sucedía.

—S... Sí... —Titubeé con nerviosismo, no sabía que era lo que estaba sintiendo así que prefería ignorar el tema y no preocupar a Peter con eso.

—De acuerdo, pero creo que ya debemos irnos ya. Recuerda que te dije que te presentaría con los niños perdidos... —Susurró de forma despreocupada.

—Sí, tienes razón, hay que irnos—. Murmuré suavemente en respuesta.

Peter Pan pov' s

Estaba con tn en el borde del lago hasta que se me atravesó la idea de ver que tan inocente es mi tn. Asi que deslice mi mano por debajo de su vestido y empecé a acariciar sus muslos con delicadeza y suavidad. Me servi de mis poderes para leer su mente y parecía ligeramente excitada pero también parecía no saberlo, como si no supiera lo que era estar excitada o lo que estaba sintiendo. Así que me di cuenta de que tn era completamente inocente. Es tan tierna e inocente. Pero debo decir que eso podía ser mejor de lo que podría imaginar. Su inocencia me resultaba muy tierna.

Tn pov' s

Peter y yo estábamos saliendo de la cueva donde sé encontraba el lago. Me cargo como princesa y volamos al campamento. Al llegar todos estaban ahí jugando o haciendo sus tareas, o eso creo. Peter me dio un beso en la mejilla y sé fue a hablar con Félix. En este momento mis mejillas debían estar más rojas que un tomate. La sensación de sus labios en mi mejilla sé sentía tan bien... Nunca me habían dado un beso, hasta ahora...

Me quedé ahí parada mirando la nada hasta que sentí unas manitas rodear mi pierna. Era Harry. Sonreí con ternura mientras le acariciaba la cabeza con delicadeza.

—¡Hola mami! —Saludó alegremente aquel pequeño castaño, había una gran sonrisa en sus labios, haciendo resaltar sus mejillas rojizas.

—¡Hola, Harry!—Reí enternecida, él es cómo un pequeño sol andante, siempre brillante.

—¿Cómo está mi niño? —Le pregunté acariciando su cabello cuidadosamente, cómo si fuera una flor que si fuera a romper con el más pequeño de los toques.

—¡Estoy bien, mami! ¿Y tú? —Respondió cortésmente, cómo un pequeño caballero.

—Muy bien, estoy feliz de verte, cielo... —Susurré suavemente, mirándolo con ternura, quería memorizar su carita alegre y entusiasmada, esa alegría tan grande y profunda.

—¿Por qué estabas toda roja hace un rato?—Preguntó tranquilamente, ladeando la cabeza con curiosidad.

Para ser sincera ni siquiera yo sabía como responder a esa pregunta.

Le iba a contestar con alguna explicación tonta pero una voz cada vez más familiar para mí me interrumpió.

—Harry, ve a decirle a los demás que ya es hora de la cena—. Ordenó Peter, hablándole con autoridad y completa indiferencia.

—Sí, Pan—. Obedeció, separándose de mí para luego empezar a correr hacia los niños perdidos.

Peter sé acercó a mi y me abrazó por atrás, tomándome por la cintura.

—Te voy a presentar con los niños perdidos, para que conozcan a su reina... —Suspiró roncamente.

Mi niña (Peter Pan y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora