Mi niña (Peter Pan y tú)

Un día en Nunca Jamás

Félix y yo terminamos de hacer el desayuno, el es un muy buen ayudante. La verdad no estaba segura de como cocinar pero luego recordé los consejos y recetas que había aprendido con mis libros así que de inmediato pensé en hacer huevos revueltos con tocino ( tocino que Félix consiguió) y lo preparé con algo de  miel de maple para darle un sabor dulce ( si no te gusta imaginen otra cosa) . Gracias a dios Félix me enseñó dónde guardan la comida y las provisiones. Y para beber encontré naranjas así que hice jugo de naranja. Después de un rato vi a algunos niños perdidos, me miraron extrañados pero pasaron de largo. Excepto un niño pequeño que sé acercó a mí. Parecía tener cuatro años, era castaño pero muy serca del rubio, tenía algunos pecas muy tiernas, sus ojos eran de un color entre verde y café, muy lindos.

—¿Tú vas hacer mi mamá? —Preguntó, una pequeña voz llena de ilusión y emoción.

—Emm... —No estaba segura de qué responder, pero estaba segura de que no quería quitarle ese tierno brillo a sus ojos llenos de ilusión—. Sí, yo seré tu mamá...

—¿Enserio? —Preguntó con emoción, sus ojos brillando con emoción.

—¡Si, enserio! —Asentí, con una sonrisa enternecida en mis labios.

Él abrazó mi pierna mientras yo le acariciaba la cabeza con delicadeza. Era muy lindo verlo tan feliz, yo nunca tuve una mamá pero sé que tengo que darle mucho amor y cariño o al menos eso es lo que hacían las mamás de los libros que solía leer.

—¿Cómo te llamas pequeño? —Le pregunté entre pequeñas risas suaves.

—¡Me llamó Harry! ¿Tú como te llamas, nueva mamá?

—Me llamo Tn...

—¡Harry! ¡Deja a Tn en paz y ve a decirle a los demás que es hora de desayunar!

—¡Sí, Félix! —Asintío aquél pequeño obedientemente.

—Espero que no te haya molestado...

—No, al contrario, ¡fue muy tierno! —Halagué con una sonrisa dulce y divertida, era difícil no querer a aquél pequeño de mejillas redondas.

—Me alegro, pero a veces es algo empalagoso... —Murmuró con cierto desdén.

—A mí no me molesta, es muy lindo... —Susurré suavemente.

—Iré a preparar la mesa para comer...

—¿Puedo ayudarte en algo más?

—Sí, de hecho sí, ¿puedes ayudarme a servir la comida?

—¡Claro! —Acepté amablemente.

Félix me mostró donde guardan los platos y vasos para servir la comida, empecé a servir la comida y el jugo de naranja y lo puse en una mesa dónde se encontraban muchos niños y adolescentes. Después de unos minutos ya había servido toda la comida pero nadie comía, talvez no les gusta el huevo, pensé algo preocupada. Me acerqué a Félix para preguntarle porque nadie comía.

—Félix, ¿por qué nadie come? —Pregunté en un pequeño susurro.

—Porque están esperando a Pan —Susurró cómo si fuera completamente obvio.

—Que alivió... —Suspiré, aliviada—. Creí que no les gustaba lo que preparamos...

—Ellos comen de todo excepto verduras... —Murmuró tranquilamente.

—Ya veo... —Susurré.

Me senté al lado derecho de Félix ya que del lado izquierdo parecía un trono que parecía de Pan ya que nadie sé sentaba ahí además de que era el único lugar vacío.

Segundos después apareció Peter, parecía estar feliz o al menos eso decía la gran sonrisa que tenía.

Peter Pan pov' s

Me encontraba durmiendo tranquilamente hasta que sentí unos brazos rodearme con suavidad y delicadeza, ya sabía quien era, era mi bella reyna dándome un cálido abrazó. Me sorprendí por su acción ya que no me grito o bombardeo con preguntas. Creí que sé habría sorprendido por despertar en un cuarto ajeno, pero no, solo me abrazó con suavidad y delicadeza. El tacto de sus brazos y manos me resulto muy relajante y exitante. La acerqué mas a mi cuerpo, quería sentirla cerca, quería que sé quedará conmigo. La agarré de la cintura para pegarla a mi. Empecé a sentir que me soltaba, ya no me estaba abrazando. La acerqué mas a mi para que no sé moviera y lo logré sé dejo de mover. Me volví a dormir al cabo de unos minutos.

   
Me di cuenta de que mi preciosa ya no estaba conmigo. No me preocupé ya que era imposible que sé aya ido porque de ser así lo sabría y además porque sé iría? ella quería venir. O al menos eso me dio a entender. Me levanté y vestí. Salí de mi cabaña y le dije a Félix que fuera a hacerle compañía a mi tn y a ayudarle, por si necesitaba ayuda en algo. Mientras yo me bañaba y hacia mis cosas habituales de la mañana.

Cuando terminé me dirigí al campamento para el desayuno. Cuando llegué sentí un delicioso olor de huevos? No recordaba que Félix cocinara tan bien. El olor de ese desayuno ya me había puesto de buen humor pero lo que mas me alegró fue ver a mi bella dama junto a los demás niños perdidos esperando por mi...