El chico de otro mundo.

Capítulo VI

.
.~.~.~.~.
.

Me levanté bastante alterado del cómodo lecho.

–¿Mm? ‘¿Qué ocurre?’– Tsu'tey estaba frente a la estantería del refugio. –‘Creí que acababas de irte.’– Lo miré bien, repasando cada detalle.

–Eres tú...– Sonrió extrañado, mirando a todos lados, como si alguien más fuera a salir de la nada.

–‘Si, acabamos de despedirnos. ¿Ocurre algo?’– Caminé en su dirección y acaricié su rostro.

–Si... ‘Ya te echaba de menos.’– Le besé con tranquilidad, no demoró mucho en corresponder, atrapando mi labio inferior entre sus colmillos y sujetándome de la cintura. –‘En verdad, te amo demasiado.’– Su respiración se entrecortó por un segundo.

–‘Pues no deberías quedarte más tiempo, mañana estarás cansado y no podrás venir a verme.’– Él nunca se toma eso como un juego.

–‘Es en serio, te amo.’– Acarició mi cabeza.

–‘Lo sé, niño, yo también lo hago. Pero tienes que irte.’– Suspiró tomándome por los hombros. –‘Mañana iré a buscarte y daremos un paseo, sólo tú y yo.’– Presionó su mano en mi pecho. –‘El verdadero tú.’– Respiré con fuerza.

–‘Está bien...’– Me recostó suavemente en las pieles y comenzó a cantar.

“No sé porqué
La tierra no está
Unida al cielo
Cómo una vez...
El mundo es cruel
Y hermoso a la vez,
Así cómo la realidad...”

–‘Te amo.’–

.
.~.~.~.~.
.

La oscuridad parcial de la noche me acompañaba, el brillo bioluminiscente del bosque era suficiente para alumbrar mi camino. Me levanté y los huesos de mi espalda crujieron en desacuerdo, ya tendría tiempo para preocuparme por eso después. Miré a mi alrededor, encontrando mi arco un par de metros al frente.

–Ese maldito me las va a pagar.– Un par de gruñidos llamaron mi atención, se escuchaban cerca... Y eran hostiles. –¡Mierda!– Corrí hacia el recuerdo de mi compañero y lo tomé con fuerza, me temblaron las piernas por un momento.

“Cuando te enfrentes con un Nangtang, recuerda que nunca van solos, por lo menos, deben ser 6 en una manada.”

–Mierda, mierda, mierda...– Seguía repitiendo en voz baja tratando de alejarme. El arco y un cuchillo no servirían para asustarlos si eran más de 10.

Subí a un árbol con extremo cuidado, tratando que no me siguieran. Entrando a la copa del árbol, me alcé en toda mi altura. Pensaba varias cosas a la vez. “Desde aquí puedo ver la zona de caza, debo ir allí. Será por las alturas para que ellos no me alcancen.”, “No debería distraerme con esto... ¿Dónde está Draco?”.

Este último me desarmó por completo. “Es verdad... ¿Dónde está? ¿Estará... Muerto...?” Moví la cabeza de un lado a otro, evitando darle más vueltas. “No, él está vivo.”

El camino no era muy fácil, menos aún por las quebradizas ramas, dejé eso por un rato, volviendo al suelo y limitándome a avanzar en el largo tramo que correspondía para volver a mi hogar. Una vez que reconocí un par de marcas en los árboles, me perdí en mis recuerdos, avanzando de manera mecánica.

•
•∆•∆•∆•∆•
•

–‘¡Y no olvides la vez que casi nos pierde en el bosque!’– Sujetaba mi estómago con una mano y limpiaba los restos de las lágrimas con la otra, obviamente por reír tanto.