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Quiere creer que se trata de una maldita broma.
"Olvidé decirte que llamé a alguien más, Yuuji ya tiene a quién lo cuide".
— Jin, ¿estás consciente de que estoy a un par de cuadras de tu casa?
Satoru resopla mientras aprieta con fuerza el teléfono. Observa por la ventana del tren el paisaje, intentando buscar un poco de calma para no subir y bajar a insultos al castaño.
— Lo siento mucho, Gojo, ¡de todo corazón! — la voz del adulto suena cargada de arrepentimiento, agitada y chillona.
Mentira, si realmente lo sintiera lo hubiese llamado días atrás para avisarle.
— ¿Ahora qué rayos voy a hacer? Ah, no entiendo por qué no me dijiste con tiempo. — habla entre dientes, mordiendo su labio inferior para evitar gritarle.
— No lo sé. Perdón, pero solo puedo pagarle a un niñero, no a los dos.
— No me estás dando ninguna solución.
— Gojo, estoy muy ocupado ahora. No puedo llamar a Getou para decirle que vas tú, ya está en casa.
— ¿Y ese idiota quién es?
— Es un amigo de la familia, ha cuidado un par de veces a Yuuji. Estuvo ocupado por un tiempo y no pude recurrir a él, pero ahora ha vuelto a estar disponible.
— ¿Me estás diciendo que ese tonto va a tomar mi lugar? Por un demonio, Jin, esto es responsabilidad tuya.
— ¡Lo sé, en serio discúlpame! Te lo compensaré, prometo aumentarte la paga la próxima vez que cuides a mi hijo.
Suspira mientras nota que está llegando a la estación donde debe bajarse. Perfectamente podría cambiar de línea y devolverse, pero literalmente está a treinta minutos de su casa y le da tanta pereza tomar el mismo camino aburrido hasta su hogar.
Además, había cancelado el sensacional plan que sus compañeros de universidad habían organizado; emborracharse en la playa, mientras Satoru los cuidaba de no cometer idioteces al ser el único sobrio del grupo. A estas alturas, le salía más conveniente ir a casa de los Itadori.
— Ese tal Getou... ¿cuida mejor que yo a Yuuji?
— ¿Disculpa?
Se levanta del asiento y se baja del tren, caminando en dirección a la salida, con un solo pensamiento en mente.
— ¿Ese idiota al que llamaste puede hacer dormir a Yuuji?
— Por algo lo llamé, Gojo. No te pongas de esa forma, por favor. Solo vete a casa, la próxima vez serán cinco mil yenes los que te pagaré. ¿Está bien?
