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12 de Enero de 1919
📍 Birmingham

Mis pies ardían pero yo seguía corriendo cuesta abajo, me negaba a perder y dejar que Finn llegara antes a casa así consiguiendo los chocolates que había comprado la tía Pol. Tenía la suerte de ser una Shelby y que la gente se apartara de mi camino por que si no fuera así lamentablemente ya habría derribado a más de una anciana. Escuchaba los insultos de mi hermano a mis espaldas al ver como iba bastante adelantada a el, deje de notar el dolor en mis pies cuando divise la puerta de Pubs, estábamos cerca. Vi a una mujer de unos veinte y tantos abriendo las puertas del local perteneciente a mi familia, la cual al pasar por su lado me miro con desprecio por haber salpicado su falda de barro.

--Perdón -Le dije sin pararme mientras le daba una mirada de disculpa.

Al ir mirando atrás no me di cuenta de que estaba apunto de colisionar con alguien más grande y fornido que yo hasta que paso. Mi delgado cuerpo voló hacia atrás y cayó de culo a un charco de barro manchando así mi vestido, sentí dolor en las palmas de mis manos y al mirarlas pequeñas hileras de sangre corrían por ellas, mis ojos se inundaron de lágrimas cuando mi hermano me adelantó riéndose mientras me miraba con una sonrisa burlona en su rostro. La persona con la que había chocado salió corriendo dejándome en medio de la calle tirada, acto que no entendí ya que solo era una pequeña niña herida, ¿tanto le costaba ayudarme? Pronto lo entendí cuando escuché pasos apresurados venir hacía mi y unas manos fuertes y ásperas me cogieron por los sobacos y me elevaron hasta la cintura de mi hermano Arthur, donde me agarré con las piernas mientras dejaba que el resto de mi cuerpo fuera sujetado por los brazos de mi hermano. Su cara mostraba preocupación y cuando vio como las lágrimas corrían por mis mejillas su preocupación aumento.

--Qué ha pasado Maggie? -Preguntó limpiando mis lágrimas.

--Yo -Comencé entre pequeños sollozos- Corría calle abajo jugando con Finn cuando tropecé con el señor que ha salido corriendo y me raspe las palmas de las manos.

Arthur cogió mis manos y paso un pañuelo de seda que llevaba en su bolsillo sobre ellas para después dejar un pequeño beso en cada una de ellas y repetir esa acción sobre la punta de mi nariz.

--Y dónde está Finn? -Preguntó mirando la calle por si lo veía en algún lado.

--Cuando vio lo que pasó siguió corriendo hasta casa mientras se burlaba de mi, seguramente ya este comiendo los chocolates que ha comprado tía Polly -Dije lo último triste.

--Oye, no te pongas triste por unos chocolates, eres una Shelby, puedes conseguir los chocolates que quieras.

--Enserio?

--Pues claro, quieres que vayamos a por chocolates? -Dijo mientras me dejaba en el suelo y tomaba mi mano.

Yo solo asentí mirándole con una sonrisa y caminé junto a el hasta la tienda, dónde consiguió una caja de bombones y tres tabletas, las cuales compartiría con Finn al llegar a casa.

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Peaky Blinders: Una más en la familia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora