"No sabía que el destino ya me había preparado un gran sorpresa para mí"
Desde la llegada de Ana a la oficina, todo se ha vuelto alegre, o para mí así lo es, mis días en la oficina siempre, no les miento, eran tristes y aburridos, hasta por decirlo solos, pero con Ana todo eso ha cambiado, ya tengo con quien estar en las horas de comidas, cuando el trabajo está tranquilo ya tengo con ir a platicar, se podría decir que ya tengo una "amiga", cosa que por durante diez años nunca logré hacer, ahora con semanas de su llegada a la oficina, eh podido considerarla mi amiga.
No solo eso había cambiado, la relación con mis hijos, aunque yo no lo llamaría así, si no, volvió hacer lo que solíamos ser, mi casa, mi hogar ya se siente, con la presencia de otras personas, que en este caso son mis adorados hijos, ya lo siento ese cálido ambiente, ya no veo mi casa gris, ahora se a vuelto a pintar con bellos colores, esa luz que se había perdido, volvió a alumbrar, la oscuridad se ha acabado, la tempestad a muerto y el amor a vuelto a florecer.
Algo también en mi había florecida, demás de mi alegría, había algo en mi que aún no descubria, eso que se metía de a pocos en mi, en mi cuerpo y alma.
Muy pronto salí de mi casa, era un sábado normal y tranquilo, justo a las nueve y media de la mañana, el horario más tranquilo de la ciudad de México, el sol cálido, las calles despejadas, el aire fresco de la mañana, el momento perfecto para poder hacer las compras del supermercado, conduje por el paseo de la reformas hasta llegar al lugar en dónde suelo comprar.
Los sábados es el día más relajado para hacer el súper, no hay personas , encuentras todo ordenado, los pasillos libres y el pan por supuesto fresco y recién echo.
Mientras caminaba por los pasillos, empujando lijeramen el carrito, con algunas de las cosas de mi lista, a lo lejos logro alcanzar a escuchar mi nombre, voltio ver si era para mí, me sorprendí cuando ví a una cara conocida ñ, acercándose a donde yo estaba, era Ana.
-hola, no sabía que tú también venías a este súper- hablo la pelinegra, tenía unas cosas en sus blancas manos- oh disculpa que tenga las manos llenas, deje mi carrito del otro lado- ahora explicó
- hola Ana, no te preocupes, bueno por lo general siempre vengo a este súper- fue el turno de Verónica hablar, siento algo en su estómago
-valla, y por qué no nos habíamos encontrado- algunas risas de parte de las dos
Charlaron un rato incluso, decidieron terminar sus compras juntas, era claro que ninguna de las dos se quieran separar, como si hubiera esa necesidad de estar siempre juntas, aunque Verónica no sabía la razón de su comportamiento con Ana, de lo que Ana la hacía sentir con solo verla a los ojos.
Verónica, alguien que lleva casada con un hambre por más de veinte años, por el cual se desvivía, lo amaba con todo su corazón, fue su primer amor y fue el padre de sus hijos, era claro que después de su muerte ella, se encerró en su duelo, y no fue hasta hace poco de un mes, que volvía a experimentar los efectos del destino, pero acaso ella sabía?, Tristemente no.
Verónica se despidió de Ana, como era de costumbre, un abrazo y un peso en la mejilla, Ana está vez decidió no o más bien se atrevió a girar más la cebaza de tal forma que el beso cayera en la comisura de sus labios, y con eso ver como Ana se fue casi de inmediato, la castaña quedó paralizada, se había sorprendido por lo que hizo la pelinegra.
Llegó a su casa como su nada hubiera pasado, muy pronto callo la noche, y con ella le llegó el recuerdo de lo que había pasado en el estacionamiento del súper, se sentía extraña, nuca antes le había pasado tal cosa.
Ella no sabía, que solo esto era el comienzo de lo que viviría, más por la persona que muy pronto estaría en su vida, muy adentro de su ser y de su corazón, que todo lo que le pasaría ya estaba planeado mucho antes de la creación del mundo.
Si es extraño, más para Verónica que por una razón extraña para ella, solo podía pensar en esa hermosa mujer de pelo negro, ojos color café, y su entrañable olor dulce.
Esa misma noche Veronica, recurrió a su entrañable mejor amiga, o bueno su hermana, siempre buscaba el apoya de su persona favorita en la que siempre va a poder contar, beatriz.
Solo bastaron tres timbres del teléfono celular para que su hermana le contestará.
-bueno- constó al otro lado de la línea un mejor adormitada
-hola Bea, te desperté- pregunto algo preocupada la ojiverde
-hola Vero, más o menos, pasa algo?- pregunto beatriz con algo de preocupación en su voz
-como sabes
-por nunca sueles llamarme a estas altas horas de la noche
La ojiverde no reviso el horario eran casi las dos de la madrugada
-bueno esque necesitaba de alguien queme ayudará a entender lo que me está pasando, y no hay mejor persona que tú- confesó la ojiverde
-ya veo, y en qué me necesitas?- la mejor al otro lado de la línea ya se estaba poniendo cómoda para la larga plática que tendría con la ojiverde, la conocía perfectamente, como para saber que la llamada sería larga
-bea, hace más de dos meses que llegó a la empresa en dónde trabajo una mejor espectacular, me convivido con ella por mucho tiempo, pero desde hace varias semanas atrás me eh estado siento, no se, rara a lo mejor, pero no paro de pensar en ella, cuando hablamos en sus ojos, hoy por la mañana fui al súper y me la encontré, cuando ya me estaba despidiendo de ella me dió un beso en la comisura de mi labio.
Eso último le había sorprendido a la mujer del otro lado de la línea
-vero, más que nadie tu sabes que es lo que sientes, ya lo viviste, pero hace ya mucho tiempo, lo que pasa es que tú no lo quieres aceptar, aunque déjame decirte que me sorprende que sea por una mujer..
-el que Bea- lo ojiverde la había interrumpido
-vero date cuenta mujer, te estás enamorado
La ojiverde, quedo paralizada, no estaba creyendo lo que la otra mujer le decía
-que dice beatriz, eso es imposible,.a mi no me gustan las mujeres
- y por qué piensan tanto en esa mujer de la que me hablas- le explicó el por qué ella creía o más bien estaba segura de que Verónica se estaba enamorado, era cierto pero la ojiverde no lo quería ver así, estaba entrando en la primer etapa del enamoramiento la "negación", no podia aceptar lo que su hermana le está diciendo, terminaron su plática en las razones posibles en que Verónica se estaba enamorado de una mujer, cosa que está última no podía aceptar del todo, era claro que estaba entrando en la negación y en la duda.
Esa noche no pudo dormir bien, por pensar las cosas bien, por lo que dijo su hermana. Se estaba cuestionando muchas cosas, y si en verdad ella si le gustaban las mujeres pero ella jamás se había atraído por una mujer, pero con Ana al parecer la hizo cambiar de opinión, "no esa era imposible", ella no podía ni debía.
La mañana llegó, los primero rayos del sol restaban sobre su rostro, no se quería levantar la noche la paso en vela, a su edad ya ni era igual el poder desvelarse, se para de la cama y cerró sus cortinas, con eso volvió a la cama, y durmió por un buen rato más.
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mientras yo exista
Romanceun mundo donde el amor y la amistad puede vencer cualquier obstáculo