Las deudas de un niño

Capítulo 45

Resumen:
Las secuelas.

..      ..
...            ...

Wei Ying se sentó al lado de la cama de a-Yang y sostuvo la mano de su didi en la suya. El chico pálido tenía las mejillas rojas como el fuego, su respiración superficial. Mientras que los curanderos de Lan insistieron en que su didi se recuperaría de sus heridas, Wei Ying quería llevarlo a Tian He. Su familia cuidaría mejor de su didi. Granny no estaría feliz con él por dejar que a-Yang se lesionara. 

No estaba contento consigo mismo por esto. 

La idea de jugar con Wen Chao parecía una gran idea, tan divertida al principio, que no se tomó en serio a Wen. Después de todo, ¿por qué debería hacerlo? Estaban muy lejos de Qishan. Además, podrían averiguar cómo estaban Qing-jie y Ning-di. El sapo tenía una boca grande. Podría dejar escapar algo. 

Sí. Todo sonaba demasiado tentador para resistirse. 

Presionó su frente contra la mano de Xue Yang. "Lo lamento. Lo lamento. Lo siento" susurró, deseando que su didi se despertara.

“Wei Ying” llamó Lan Zhan en voz baja, su mano sobre el hombro de Wei Ying. "Necesitas descansar."

“Tiene fiebre. no puedo irme Todo esto es mi culpa” respondió, con un sollozo atrapado en su pecho. 

"No lo es." 

Soltó una risa amarga y miró a su prometida. "Bien. Si hubiera estado prestando más atención. Si tuviera…"

Lan Zhan le rozó suavemente la mejilla. “Si todos tuviéramos. Wei Ying no fue el único que descartó el peligro. Ninguno de nosotros esperaba que Wen Chao hiciera tal movimiento”.

“Tiene razón, a-Ying,” dijo Yao-ge mientras entraba con Xichen-ge siguiéndolo detrás. “Había analizado esta situación desde un punto de vista político y no tomé en cuenta el lado más oscuro de Wen Chao”. Tomó asiento al otro lado de la cama de Xue Yang. "Como tu hermano mayor, te fallé a ti y a-Yang".

Con el corazón retorciéndose en el pecho de Wei Ying, agarró la mano de Yao-ge con su mano libre. "Todavía estamos juntos. Estaremos bien, ¿verdad?"

Su da-ge le apretó los dedos. "Bien."

     

......
.. .. .. ..
......

Después de que Wangji finalmente logró que a-Ying durmiera en un catre junto a la cama de a-Yang, Meng Yao se sentó cerca y tomó una taza de té que Xichen le había servido. “Esto es un desastre,” dijo en voz baja, con los ojos fijos en sus dormidos didis.

“Ciertamente lo es,” dijo Xichen, frotándose las sienes.

El hombre parecía tan cansado. "Deberías dormir."

Una sonrisa tensa apareció en sus labios. “Ah, es difícil dormir cuando hay tantos asuntos que desenredar. Se espera que el líder de la secta Jiang y su esposa lleguen dentro de una hora, y el tío acaba de recibir un mensaje de Qishan. Aparentemente, Wen Ruohan ha sufrido una devastadora desviación de qi y no se espera que sobreviva".

Meng Yao se quedó quieto ante la noticia. ¿Significaba eso que los hermanos Wen habían escapado? Eso esperaba. Por mucho que deseara ir a buscarlos, no podía dejar solos a sus hermanos. Con a-Yang herido, a-Ying estaba en un lugar volátil y frágil. Si bien Wangji lo ayudó a mantener la calma, su er-di tenía una vena despiadada cuando se trataba de proteger a sus seres queridos.