03| Regresó a ti

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Aldo

— ¿Te casaste? — Me dijo Roier en un susurro — ¿Y no fui tu padrino?

Osvaldo le miró indignado — Oye, yo seria su padrino...

—¿No creen que ese es el menor problema de aquí? —Les regañe señalando con los ojos a la chica que estaba hablando por teléfono, me había pedido pasar a llamar a su hermana porque su celular se había quedado sin batería.

— No he visto a mi ex en más de dos años y ¿resulta que estoy casado? tiene que haber una trampa, esto no puede ser real — Me quite un momento las gafas para sonar el puente de mi nariz.

— Pues yo veo el certificado muy real — Murmuro Osvaldo mirando el papel que me ataba a ___.

— No importa, divorciate y problema resuelto.

— Claro, porque después del pastelazo esta muy contenta — Hablo Osvaldo con sarcasmo a lo dicho por Roier — Yo creo que va a querer la mitad de tus cosas, no se tiene que haber gato encerrado...

— Créeme que no quiero nada.

Los tres se sobresaltaron al escuchar a ___ detrás de ellos, se giraron a verla con una sonrisa nerviosa.

— Por obvias razones no puedo estar casada contigo, no te preocupes, solo tenemos que firmar un estupido papel que anule el contrato y todo se habrá acabado.

— ¡Sí! — Celebramos al unísono mis amigos y yo.

Parecía que me habían dado la mejor noticia de mi vida, mejor que cuando aparecieron los 3 Spiderman juntos.

— Pero... — Volvió a decir ella bajando nuestro ánimo de inmediato "¿qué?" — Hay una feria ahora ¿no? Llévame ahí.

No pude evitar reírme en su cara, tenía que ser una broma, pero ella no pareció darle gracia en absoluto.

— Escucha, si esto es por el pastel, lo siento ¿si? — Le dediqué mi mejor sonrisa — Pero siendo sinceros, te lo merecías.

— ¿Yo? ¡Tu fuiste quien dejó de hablarme!

— ¡Porque tu eres muy odiosa!

Roier pronto supo que esta pelea no iba a terminar en nada bueno y pronto me jalo hacia atrás mientras Osvaldo trataba de tranquilizar a ___.

— Se que no la soportas y que quieres que todo esto acabe, pero comportándote así no conseguirás anular ese certificado — Me hablo cuando se aseguró que no nos escuchaban.

— Esto es una pesadilla, si no hubiese pasado lo que sucedió seguiríamos juntos.

Roier hizo una mueca, como sintiendo lástima por mi, le di un leve golpe amistoso tratando de decirle que todo estaba bien.

— Solo tengo que aguantar un paseo a la feria con mi ex y todo esto terminará ¿no es así?

—Tu puedes —Mi amigo levanto ambos pulgares dándome ánimos.

— ¿Entonces qué decidiste? solo te recuerdo que yo no tengo prisa por anular este certificado — Un brillo apenas visible se mostró en sus ojos ¿acaso estaba mintiendo? No quería averiguarlo y hacerla enojar.

— Súbete al carro, vamos a ir a la feria — Dije entre dientes.

Ella sonrió en forma de victoria y Roier la guió hasta subirse a mi coche. Bufé, seria una larga tarde.

Estaba por caminar cuando Osvaldo tomó de mi hombro, lo miré unos segundos confundido.

— Tal vez no sea tan malo, piénsalo, por algo ella regresó a ti ¿no crees?

Me dedico una sonrisa de lado y siguió el mismo camino que los demás.

|...|

— Hace tanto que no venía a una feria, es tan lindo ¿no quieres un algodón de azúcar?

___ no había parado de hablar desde que bajamos del coche, no le dirigía más de una palabra fuera de las cordialidades y del "si" y "no", en cambio mis amigos trataban de hacerla sentir cómoda.

— Ganemos un peluche.

No pude procesar lo que sucedía cuando ella tomó de mi muñeca y me jaló hacia un puesto, en el habían globos y el señor nos extendía dardos para jugar.

— Dos juegos — Pidió ella, pagó y luego me extendió los dardos — Si ganas dejaré que escogas el siguiente juego.

Rode los ojos — No voy a...

— ¿Dardos? Adoro este juego — La voz de Roier me interrumpió — ¿Puedo?

— Claro, Aldo no lo quiere hacer.

No sabía que había pasado, si me había dado en el orgullo o solo quería demostrarle que iba a ganarle, aún así me molestó que quisiera jugar con Roier en mi lugar, como si yo fuera reemplazable.

— C-claro que voy a jugar —Murmure nervioso, rodé los ojos — Quien explote tres globos primero gana.

Sellamos el trato y comenzamos a jugar, ya había explotado dos globos, podía considerarme un experto en este juego, ___ apenas había podido explotar uno.

Y entonces Osvalso se acercó a ella, le susurró algo al oído y ella lanzó hacia el globo dándole en el centro, explotó.

___ le dio un enorme abrazo a mi amigo por su ayuda, apreté mis manos por inercia ¿por qué estaba molesto? Era por que estaban haciendo trampa o porque estaba igualada a mi, de cualquier forma no podía justificar la razón de mi molestia.

"Estas celoso" canturreo mi consciencia ¡Genial! Ahora yo mismo me hago bullying.

— ¡Y tenemos una ganadora!

Regrese a la realidad solo para ver cómo ___ me había ganado el juego, el señor le extendió un gorro de Mario Bros y luego ella me lo dio a mi.

— Supe que te sigue gustando — Se encogió de hombros — Sabes que yo no lo usaría, anda tómalo.

Le acepté la gorra más por amabilidad, aunque mi orgullo seguía herido por la derrota.

— Cielos, es la noria ¡subamos!

Volvió a jalarme de la mano y me condujo hasta el juego mecánico, ya me estaba acostumbrando a que me tratara como un muñeco de trapo arrastrandome de aquí a allá.

Subimos al juego sentandonos uno frente a otro, el atardecer estaba cayendo y la noria se detuvo en lo alto permitiéndonos admirar la bella de la feria.

La mire a ella, su sonrisa era como la de antes y mirarla allí frente a mi bajo esa luz me hizo querer inmortalizar por siempre ese momento. La nostalgia me invadió y de pronto todo se sentía como cuando éramos novios.

Una sonrisa triste me invadió y ella pareció darse cuenta, estaba por hablar pero yo le arrebate las palabras de la boca.

— Dios, ___, en verdad tu siempre serás mi debilidad.

La sorpresa se asomó por su rostro y luego mostro una sonrisa tímida — Lamento tanto obligarte a hacer esto, supongo que me hubiera arrepentido por siempre de no haberlo hecho.

— Lo siento —Dije luego de un par de vueltas en el juego — por el pastel.

Ella hizo un gesto con la mano restandole importancia — Si hubiese sido al revés seguramente yo también hubiera reaccionado de esa forma.

Otro momento de silencio, las luces de los juegos se veían hermosas y supe en ese momento que ese recuerdo se acumularía junto a otros tantos en mi cabeza.

— ¿Por qué? — Pregunte en una duda genuina — ¿Por qué te arrepentirías de no haber hecho esto? No es como si hubiésemos terminado en buenos términos.

— Justo por eso —Respondió casi al instante — Se siente bien terminar de una vez por todas ¿no? Fuiste una parte importante de mi vida y ambos necesitábamos esto.

Sonrei, tenía razón. Realmente solo habíamos dejado de hablar, fue como una enorme pelea que había durado mucho tiempo, ahora volvíamos a encontrarnos y algo dentro de mi sentía que no quería dejarla ir.

Back To You | Aldo Geo y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora