El despertar de los mundos (Acabado)

18. La triada

By Daiani

Me tatué, me he tatuado, ole, ole y ole, con mi querida hermanita, por su cumpleaños, y ahora tengo una luna y ella un sol. Se ve increíble y no puedo parar de mirarlo, ¡Me encanta! Y tiene un significado arrasador porque es un tatuaje de hermanas. Casi ayuda a que me olvide de que ayer maté a varios seres con imagen humanoide y luego me encargué de esconder a Matheo desnudo en un armario después de que esté recibiera tremenda cogida por detrás por parte del ojos verdes, ¿Quién diría que esos dos acabarían en la misma cama juntos? El mundo es una caja de bombones, nunca sabes cuál te va a tocar, y a nosotras nos han tocado demonio y ángeles cochinos que hacen cosas en nuestra casa, mola, ¿Pero cuándo me toca a mí?

- ¿Qué tanto piensas, princesa? - La voz de Lilith me causa escalofríos, he ido con ella y Chloe de compras para conseguir regalos y cosas para Camila, les hacía mucha ilusión poder tener regalos también.

- Un poco en todo lo que está ocurriendo, supongo que es demasiado y muy raro... - murmuro.

- Es entendible sentirse rara con esto... - me da la mano, okay, esto está siendo raro, me están rodeando una por cada lado - pero estamos aquí para ayudarte en todo lo posible, no solo para tu defensa y protección.

Asiento, y seguimos caminando por la calle, ambas me dan la mano, Lilith ha decidido imitarla, okaaaaay, ¿Me explica alguien qué sucede aquí? Siento como me sonrojo un poco, yo no soy de cosas románticas y relaciones amorosas, yo no tengo novias, solo momentos de diversión, entonces, ¿Por qué esto me causa un extraño confort? Me siento bien con esto.

- ¿Ya habéis pensado en qué le vais a regalar a Camila? - Pregunto por romper el hielo, nos habíamos quedado en el sepulcral silencio las tres.

- Pensé en comprarle algún vestido, veo cómo se arregla a las noches, pensé que le gustaría estrenar algo nuevo hoy. - Habla Chloe con dulzura, esa es una muy buena idea.

- ¿Del uno al diez cuánto se desmayaría si le regalo un satisfyer? Tiene pinta de necesitarlo. - Suelta Lilith.

Trato de aguantarme pero rompo en una profunda carcajada con solo la idea de mi amiga abriendo el regalo y viendo eso en una caja, por tentador que me resulte veo cruel hacerle algo así, niego y le propongo que le regale alguna joya bonita a lo que ella asiente divertida. Continuamos con nuestro momento Pretty Woman felizmente, comienzo a aclimatarme a la situación de mimos y cariños. Entramos en la tienda y comenzamos a mirar vestidos, son todos bastante lindos pero ninguno dice "Camila", después de un buen rato de búsqueda nos sentamos para descansar, Chloe se me acerca con timidez y apoya la cabeza en mi hombro.

- ¿Todo bien querubina? - sonrío, puedo notar como se sonroja, - ¿Hay algo que quieras decirme? - la miro con tranquilidad.

Me mira con un fuerte sonrojo, veo como le tiembla el labio inferior como si estuviera apunto de llorar del agobio, suspiro tranquila.

- Voy a hacer algo, es una prueba, por favor no me pegues. - Me acerco con dulzura y la beso en la boca, un pequeño y tímido beso.

Enseguida ella me corresponde y, mientras estamos perdidas en el beso sentimos un potente flash, me separo sorprendida y vemos a Lilith con una sonrisa lobuna y el móvil entre sus manos.

- Estabais muy monas, - se justifica, el angelito chilla nerviosa y se aparta de un salto, roja como un tomate - vamos anda, no es para tanto, a Dios no le importa lo que chupes.

Yo me río divertida viendo cómo se pelean, son como niñas pequeñas, aunque sigo sin entender qué es lo que piensa Lilith de mi, o cuáles son sus intenciones para conmigo, e incluso con Chloe. Continuamos de compras después del momento besito, una sonrojadísima y la otra metiéndose con ella continuamente, me hacen reír con sus actitudes y comportamientos, son muy graciosas de ver.

- Ey, amores míos, creo que encontré el vestido perfecto. - Digo sacando un precioso vestido de una percha, es de satén, del color favorito de Cami, corto, veraniego, se va a ver como la protagonista de Mamma Mia, además con su cabello rubio se verá de cine.

Chloe asiente contenta con la idea y lo compra sin dudarlo, un regalo menos, solo queda otro más, las llevo a unas de las joyerías favoritas de mi amiga, adora este sitio, lo sé porque siempre que pasamos delante de el se queda pegada al escaparate como mosca a la mierda, si hay algo que le guste de joyería estará en este sitio. Entramos y comenzamos a ver todo, probamos miles de anillos, collares y pulseras completamente entretenidas, nos reímos fingiendo ser grandes damas enfundadas en numerosos collares ostentosos, nos sacamos miles de fotos, hacía tiempo que no me divertía tanto en una salida grupal. En la búsqueda de algo para Camila me quedo prendada de un set de tres anillos, son idénticos pero con piedras distintas, uno con una aguamarina, otro con un rubí y otro con una amatista, me recuerdan a nosotras tres, es como si estuvieran escritos para ellas y para mí, miro el precio completamente tentada a conseguirlos y auch, son verdaderamente caros, supongo que ahí se acaba mi enamoramiento por esas joyas.

- ¿Todo bien? - Lilith se acerca a mí por la espalda y me abraza la cintura con delicadeza.

- Si, solo me gustaban estos anillos, ¿No te parece que son como nosotras? - Comento perdida en mi mente, - la amatista soy yo, tu eres el rubí y Chloe es el aguamarina. - lo digo con una pequeña sonrisa.

- Son preciosos. - La otra mentada se ha acercado a nosotras curiosa.

- Si, y muy caros también. - Resoplo.

Me aparto de ellos y compramos una joya para mi amiga, es hermoso y con un jade pulido, se ve genial y las dos están satisfechas con el regalo. Nos subimos al coche para irnos y entonces Lilith abre su mano, en esta están los tres anillos.

- ¡¿Qué?! ¿Cómo? ¡Eran muy caros!

- Nada es caro si lo robas. - Se encoge de hombros.

- ¡Robar es pecado! - Chilla Chloe totalmente angustiada.

- Es broma angelito, los pagué, ahora tomarlos anda. - Nos los pone a cada una con tranquilidad como si no acabase de hacer algo realmente lindo y romántico.

No voy a mentir, esa noche miro el anillo más veces de las que me gustaría reconocerlo.