20. Soulmates

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By Daiani

Después del día de, lo que se podría llamar cita, me levanto más confundida que nunca, se siente raro, yo me siento rara, fuera de mi por completo, pero puedo ver que si yo estoy fuera de mi, Camila está en otro planeta.

- ¿Qué te pasa a ti? - Me acerco, ella gruñe, okay, alguien se ha despertado con el pie izquierdo.

- A mi no me pasa nada, ¿Qué te pasa a ti? - La miro entrecerrando los ojos.

Bien, aquí las dos estamos desafiándonos con la mirada, ninguna dice nada, y se nota que las dos estamos hechas mierda, ¿Qué nos pasa? ¿Desde cuando nos cuesta contarnos las cosas?

- Hey, - la tomo del brazo - ¿Necesitas salir de aquí?

Probablemente vosotros no entendáis que significa esa pregunta, pero en nuestro lenguaje de amigas desde que éramos espermatozoides es un mensaje en clave para salir volando de cualquier sitio en el momento en que una no estaba bien, empezó con el día en que nos conocimos, la salvé de problemas y mi primera frase hacia ella fue esa, ella asintió y yo la ayudé a irse de ese sitio. Desde entonces ha sido nuestro mensaje para todo, cuando una estaba con un ataque de ansiedad, cuando otra se agobiaba por una fiesta, cuando necesitábamos ayuda o auxilio. Entonces mi amiga me mira.

- Sácame de aquí. - Susurra con la voz estrangulada.

No necesita decir más, la saco de allí a escondidas de todos, la regla número uno de "salir de aquí" es que vamos solas sin absolutamente nadie acoplándose, a estos momentos no vienen ni siquiera Lisa y Jackie, es nuestro momento a solas de paz, la subo a mi moto y salimos dejando la ciudad atrás. Vamos a nuestro sitio, que es una ruta breve, empezando con una parada obligatoria en el pueblo de al lado donde desayunamos juntas en nuestra cafetería favorita, la descubrimos por accidente cuando teníamos dieciséis en uno de nuestros primeros viajes en moto cuando me saqué el primer carnet, el de A1, era una cosa pequeña y raquítica, pero nos llevaba a los sitios que necesitábamos ir, y ese día nos llevó a Diurno, una preciosa cafetería rústica que sirve tortitas y tostadas para morirse. Paro y mi amiga baja hipnotizada por el delicioso olor de la comida, voy tras de ella, cuando finalmente nos sentamos vuelvo a mirarla.

- ¿Me dirás ahora que te pasa? - Pregunto nuevamente.

Veo como toma una gran bocanada de aire, y me mira fijamente, sus ojos están cristalizados.

- A Lisa le gusta Arioch. - Mierda, tremenda mierda, mierda gigante y descomunal.

- No me jodas. - Eso es lo único que consigo decir, me sale del alma, de los más profundo de la tráquea.

Ella asiente velozmente y comienza a llorar, las lágrimas caen por sus mejillas y su cuerpo da pequeños espasmos.

- Oye, calma, tenemos que hablar con ella, tienes que contarle lo que sucede, sois amigas, bros before hoes, ¿No? - Acaricio su brazo tratando de animarla.

- No, Lisa no ha tenido novio jamás, no es justo que le quite a tu primer amor.

- ¡Su primer amor es un demonio sanguinario que se cae por tu culo! - Chillo.

- No puedo romper nuestro dicho, Didi.

- ¿Cuál dicho? ¿Una amiga verdadera jamás te abandonará por muy buena que sea la verga? - asiente tímidamente- Por Dios Cami, me inventé esta mierda cuando tenía siete años y no sabía que me iban los coños.

Ella me mira, ese comentario la ha descolocado, tanto que se echa a reír, es un Cristo de lagrimas y risas, hipa nerviosa.

- Eres horrible, ¿Lo sabes? - Pongo los ojos en blanco, si tuviera un euro cada vez que me dijeran eso sería millonario, bueno, tal vez no, pero mileurista seguro.

Comemos tortitas y tostadas hasta reventar y salimos de ahí, bien, segundo destino de nuestro viaje de huir de aquí, el monte del faro de la luna, es un hermoso monte que cuenta con un parador en forma de luna desde el que puedes ver todo el pueblo, las vistas son sobrecogedoras, y, lo más importante, nunca va nadie. Llegamos allí y nos sentamos bajo la sombra de un árbol.

- Te toca a ti decir qué te pasa. - Apunta Camila, tiene razón.

- No sé qué hacer con Lilith y Chloe, no sé qué es lo que sienten por mi, no sé a dónde va esta supuesta relación, no entiendo qué es lo que quieren de mi, y, lo peor de todo, no sé qué es lo que quiero yo. - Se siente bien decirlo, no lo he hecho hasta ahora.

- Estamos jodidas. - Asiento, muy jodidas, esto es un asco.

- ¿Es muy tarde para devolver el libro y mandar a todos a la mierda? - Mi amiga se ríe, ambas sabemos la respuesta a eso, apoya su cabeza en mi hombro.

- ¿Alguna vez echas de menos cuando éramos niñas pequeñas? - Susurra en voz baja.

Asiento, recordando nuestra infancia, nuestras aventuras y locuras, la de incontables peleas en las que me he metido para defenderla, cuando participamos en el club de teatro y lo único que hacíamos era volver loca a la profesora, cuando inventábamos historias para entretenernos la una a la otra cuando nos enfermábamos. Llevamos cuidándonos por tanto tiempo, ella estuvo ahí cuando mi hermano se fue, y yo estuve para ella cuando su madre falleció, nos hemos sostenido en momentos de dureza máxima, somos el "ride or die" de la otra, da igual lo que pase en nuestra vida, o lo que nos pueda ocurrir, siempre nos tendremos la una a la otra, unidas por un lazo más poderoso que la sangre.

- Te quiero Didi... - dice en voz baja, con los ojos semicerrados y su cabeza apoyada en mis piernas.

- Y yo a ti, Cami. - Acaricio su pelo viendo cómo sale el sol, realmente hemos madrugado un montón, el mejor plan del mundo, probablemente haya cierto par de ángeles y demonios volviéndose locos en casa al ver que no estamos, pero que les jodan.

En un "sácame de aquí" al mundo le pueden joder por completo.

El despertar de los mundos (Acabado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora