25. XXX

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By Camila

Pasamos el resto de la noche explicándole a Jackie todo lo que ha sucedido desde la llegada de los nuevos  miembros de nuestro grupo, está confusa y agotada por lo que poco después de unas horas se queda dormida.

- Es normal, esto para nosotras también es demasiado, ha sido muy valiente hoy, enfrentándose  a ese demonio... - comento arropándola.

- Sí, si que lo ha sido, me ha salvado la vida. - Dice Didi mientras la mira con dulzura.

- ¿Qué vamos a hacer ahora? Parecen que esos demonios cada vez son más fuertes, es como si estuvieran evolucionando. - Siento la frustración recorrer mi cuerpo, esto me sobrepasa.

- Y nosotros también lo somos y lo seremos, sólo necesitamos entrenar más. - dice Didi esperanzada, ella está dispuesta a acabar con todo esto sin ninguna víctima mortal dejada atrás.

Veo como mi cuerpo se pone cada vez más tenso de solo pensar en los demonios de esta mañana, por lo que decido abrir la maleta para coger un bikini e irme a nadar. Estoy buscando los bañadores cuando saco unos bikinis que parecen hilos dentales por la parte de atrás. Encima de ellos encuentro una nota.

Me he tomado la libertad de tirarte esos bañadores tan feos y sustituirlos por estos, sé que ahora no te hace gracia pero en el fondo me lo agradecerás.

Besitos Matheo

Y un ángel dibujado, este hombre tiene que dejar mi armario en paz. Saco el bikini de la maleta y lo miro con recelo, Daiani se da cuenta del suceso y me suelta.

- Al menos tienes un bonito culo para lucirlo. - Le tiro uno de los bikinis a la cara y esta rompe a carcajadas.

Subo a la última planta con el albornoz puesto, la verdad es que debí haber salido con una manta, porque hace un frío horrible. Llego a la piscina y empiezo a quitarme el albornoz para así dejarlo en una tumbona cuando de repente una voz me sobresalta.

- Hola rubia, ¿Me echabas de menos y querías nadar conmigo?

Veo cómo Arioch me mira desde dentro de la piscina, doy un brinco y me giro.
El abre los ojos como platos.

- Joder Cami, ¿Se puede saber que llevas puesto. - Silba.

Mierda, se me había olvidado el tipo de bikini que llevaba puesto, cojo rápidamente una toalla de encima de las tumbonas para taparme y este ríe divertido.

- Tranquila, no es la primera vez que veo un bikini. - Se burla.

Yo lo miro avergonzada, no me puedo creer que este tipo de cosas me pasen a mi, y además con el, ¿Por qué no me podía encontrar a una persona más inocente? O al menos que no me haga sentir cómo él me hace sentir.

- No es por el bikini, pero decidí que lo mejor será que no me meta en el agua. - Balbuceo nerviosa.

El me mira apenado y se acerca nadando al bordillo, mantén tus distancias maldita bomba sexual con patas.

- Ya que no te vas a meter, ¿Puedes pasarme mi albornoz? - Okay, eso no parece especialmente peligroso, accedo a hacer lo que me pide.

Cojo su albornoz y me acerco al bordillo, nada más hacerlo este tira de mi muñeca haciendo que se me caiga al agua.

- ¡Serás capullo! - Chillo tragando agua en la caída, él se ríe de mí, como siempre.

- Sería un pecado que no te metieras, el agua esta realmente buena. - Y tiene razón, está tan caliente que se me pasa el frío enseguida.

Pasamos el rato haciéndonos ahogadillas, echándonos agua y compitiendo en carreras haciendo largos de un lado a otro, pronto salimos del agua completamente agotados por el esfuerzo físico que hemos realizado. Arioch coge una toalla seca y se la coloca en mis hombros para que no coja frío, el gesto hace que me sienta mimada, no me lo pienso dos veces y me arrimo a él, apoyando la cabeza en su pecho, este como respuesta acaricia mi cabeza. Nada más sentir su tacto me separo lentamente de él. Me mira confundido.

- ¿Qué ocurre? - Pregunta extrañado por mi repentina lejanía.

- Esto, - resoplo - esto no está bien, se supone que somos amigos y esto no lo hacen los amigos murmuro.

Me mira muy serio, antes de cogerme la cara con ambas manos.

- Los dos sabemos que no podemos ser solo amigos - y entonces me besa.

Empieza por ser un beso lento y suave, para poco a poco convertirse uno lleno de deseo y ferocidad. Gimo contra su boca por la intensidad de este y él me agarra, haciendo que rodee mis piernas contra su cadera para tumbarme contra la tumbona, sigue besándome ferozmente y se detiene para morderme el cuello, yo me estremezco con el gesto.
Se detiene a mirar mi pecho y yo me quito la parte de arriba del bikini, puedo ver el deseo y la lujuria en su mirada, provoca que me sonroje, me mira como si fuera la mayor maravilla del mundo y eso me hace sentirme nerviosa. Pellizca, muerde y juega con mis pezones, arrancando gemidos desesperados de mis labios, se toma su dulce tiempo antes de bajar besando todo mi vientre, cuando está a punto de llegar a la zona íntima lo detengo.

- ¿Qué ocurre? - Me pregunta preocupado, tal vez piensa que me voy a echar atrás.

Bajo su bañador en respuesta  y me inclino para llevarme su miembro a la boca, este gime y gruñe por mi comportamiento, no se esperaba en absoluto esto y se nota, es normal, no me lo esperaba ni yo, es mi primera vez haciendo esto y me siento nerviosa y aterrorizada de lo que pueda pasar. Chupo con timidez, cogiendo confianza poco a poco, el gime, poco después me detiene y me atrae hacia él con ferocidad para ponerse encima. Saca un condón del bolsillo de atrás de su pantalón y se lo coloca, me mira por un momento antes de preguntarme.

- ¿Estás segura de esto? - Mi corazón está a mil por hora, siento las mariposas de mi estómago sofocándome los intestinos, pero no podría estar más segura de desear a alguien de la manera en la que le deseo a él.

Asiento y lo atraigo hacia mi ayudando a que me penetre, ambos gemimos por el contacto de nuestras intimidades al colisionar, el dolor es leve, empieza con movimientos lentos, lo que me ayuda a sentirme mejor, poco a poco va aumentando el ritmo haciendo que grite con cada embestida. Estoy casi segura que todo el hotel me ha oído pero ahora mismo me da igual, este hombre hace que quiera pecar y perderme entre sus ojos esmeralda. Se detiene un momento antes de volver a embestirme con fuerza, haciendo que los dos estallemos en un electrizante orgasmo. Sale cuidadosamente de dentro de mí y me coloca encima de su pecho, estoy tan cansada a la vez de relajada que no puedo oír el momento en que me confiesa.

- Te quiero Camila. - Pero mis ojos ya se han cerrado.

El despertar de los mundos (Acabado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora