Cliente

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― Hablemos de esto Miguel. ─ Decía tranquilo mientras notaba como el mayor negaba con la cabeza, caminaba de un lado al otro antes de detenerse dándole la espalda por un momento.


― Está bien Gabriel, tenemos que trabajar. ─ Su tono aparentaba ser tranquilo, pero su hermano lo conocía demasiado bien y no podía más que sentirse preocupado.


― Miggy, por favor. ─ Insistió, pero fue ignorado por el más alto que tiraba el café a la basura.


El resto del día se la pasó preocupado por su hermano mayor, no le importaba realmente lo que pensara de él, pero si un poco que malinterpretara al castaño.
Llevaba al lado de Miguel ya varios años, debido a sus decaídas tuvo que aprender a leerlo por completo, así que estaba seguro cuando el otro no estaba bien o cuando algo o alguien le causaba curiosidad y eso vio en Miguel con Peter.

Pudo ver como Miguel volvía a preocuparse por alguien, quizá no en gran medida, pero lo suficiente como para dejarlo entrar en su hogar, nadie a excepción de él había subido al segundo piso, pero no solo había permitido que Parker subiera, le dejó dormir en su maldita cama. ¿Qué mas daba si habían hecho algo o no? Era un paso enorme para su hermano mayor, es por eso que le causó curiosidad el menor, por ello buscó acercarse a él, quizá volverse amigos o algo para que pasara más tiempo en la florería, que ellos pudieran convivir, pero ahora estaba frente al peor escenario; Miguel creyendo que él se había acostado con Peter.

Dirigió la mirada a su hermano que atendía a los clientes de manera amable, mostrando una amable sonrisa, aquello le causaba una gran preocupación. Reconocía las señales, las había estudiado un sinfín de veces, sus ojos ardieron por los que los frotó con sus manos. Tenía que ser fuerte por ambos, debía de cuidar del mayor aún si este no quisiera, no permitiría que lo volviera a intentar, no sabía como aún, pero debía buscar la manera de arreglar aquel estúpido malentendido.

Cuando llegó la hora de cerrar Gabriel subió al segundo piso siguiendo a su hermano mayor, estaba tan malditamente cansado entre la resaca, el poco sueño y haber trabajado, aunque tomó algunas cortas siestas en la parte trasera.


― Me quedaré a dormir.


― Mejor ve a casa. ─ Mala señal, pensó preocupado el menor.


― No fue una pregunta. ─ Vio como el otro se detenía para mirarlo molesto antes de caminar hacía él.


― ¿Disculpa?


― Dije que me quedaré, estoy afirmando no preguntando.


― No te quiero aquí hoy, así que vete.


― Oblígame. ─ A pesar de su carácter, Miguel no era genuinamente violento con él, en más de una ocasión discutieron o el menor era golpeado sin fuerza por el mayor, así que no se preocupaba realmente que intentara atacarlo, sin embargo, escupió algo de sangre al suelo mirando a quien le había golpeado.


Peter había ignorado su decepción al concentrarse en sus clases, estuvo bastante tranquilo durante las mismas al no llegar tarde a ninguna, pudo disfrutar del almuerzo con su mejor amigo en el parque mientras charlaban de todo y nada, al terminar las clases le acompañó a su hogar para ayudarle con la tarea y hacer la suya antes de regresar a su hogar, tuvo que darse otra ducha fría para despertar al sentirse tan cansado, no había dormido lo suficiente, pero al fin era viernes, el día siguiente no iría a la universidad así que podría despertar tarde para ir a trabajar en la noche. Con ese descanso como recompensa se animó un poco mientras se cambiaba y peinaba frente el espejo tras ponerse los lentes de contacto.
Como si el universo estuviera en su contra no solo había un gran flujo de clientes debido al día que se trataba, también estaban cortos de personal por lo que tenía que encargarse de acudir a las mesas para tomar los pedidos y regresar a la barra a preparar las bebidas ordenadas antes de entregarlas.


“Solo un par de horas más, solo un par más.” Pensaba cada vez que un cliente pasado de copas intentaba pedir alguna bebida entre balbuceos no pudiendo entenderles del todo. El estrés solo iba en aumento al tener que encargarse de echar incluso a algunos pasados de copas que buscaban problemas, solo deseaba que aquella noche terminara y poder descansar en casa, pero casi como si llamara a la mala suerte un leve tropezón le hizo derramar uno de los tragos antes de poder entregarlo.

Blue HyacinthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora