04. El boggart del armario ropero

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Malfoy no volvió a las aulas hasta última hora de la mañana del jueves, cuando los de Slytherin y los de Gryffindor estaban en mitad de la clase de Pociones, que duraba dos horas

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Malfoy no volvió a las aulas hasta última hora de la mañana del jueves, cuando los de Slytherin y los de Gryffindor estaban en mitad de la clase de Pociones, que duraba dos horas.

Entró con aire arrogante en la mazmorra, con el brazo derecho en cabestrillo y cubierto de vendajes, comportándose, según le pareció a Winter, como si fuera el heroico superviviente de una horrible batalla.

—¿Qué tal, Draco? —dijo Pansy Parkinson, sonriendo como una tonta—. ¿Te duele mucho?

—Sí —dijo Malfoy, con gesto de hombre valiente. Pero Winter vio que guiñaba un
ojo a Crabbe y Goyle en el instante en que Pansy apartaba la vista.

—Siéntate —le dijo el profesor Snape amablemente.

Harry y Winter se miraron frunciendo el entrecejo. Si hubieran sido ellos los que
hubieran llegado tarde, Snape no los habría mandado sentarse, los habría castigado a quedarse después de clase.

Pero Malfoy siempre se había librado de los castigos en las clases de Snape.

Snape era el jefe de la casa de Slytherin y generalmente favorecía a los suyos, en detrimento de los demás.

Aquel día elaboraban una nueva pócima: una solución para encoger. Malfoy colocó su caldero al lado de Harry y Winter, para preparar los ingredientes en la misma mesa.

—Mal día para sentarme contigo, Harry— susurró Winter a Harry mientras veía a Draco venir hacia ellos.

—Profesor —dijo Malfoy—, necesitaré ayuda para cortar las raíces de margarita, porque con el brazo así no puedo.

—Granger, córtaselas tú —ordenó Snape sin levantar la vista.

Winter se puso roja como un tomate.

—No le pasa nada a tu brazo —le dijo a Malfoy entre dientes.

Malfoy le dirigió una sonrisita desde el otro lado de la mesa.

—Ya has oído al profesor Snape, Granger. Córtame las raíces.

Winter cogió el cuchillo, acercó las raíces de Malfoy y empezó a cortarlas mal,
dejándolas todas de distintos tamaños.

—Profesor —dijo Malfoy, arrastrando las silabas—, Granger está estropeando mis raíces, señor.

Snape fue hacia la mesa, aproximó la nariz ganchuda a las raíces y dirigió a Winter una sonrisa desagradable, por debajo de su largo y grasiento pelo negro.

—Dele a Malfoy sus raíces y quédese usted con las de él, Granger.

—Pero señor...

Winter había pasado el último cuarto de hora cortando raíces en trozos exactamente
iguales.

—Ahora mismo —ordenó Snape, con su voz más peligrosa.

Winter cedió a Malfoy sus propias raíces y volvió a empuñar el cuchillo.

BLUE SKY - HARRY POTTERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora