CAPITULO 1

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Minho y Chan llevan siendo pareja 7 meses y, para ellos, su amor solo va en aumento.

Al principio les costó reconocer sus sentimientos por el otro, pues pertenecer a la misma banda, compartir tantos años siendo amigos y verse todos los días, lograron que su confianza se vea fortalecida pero, claramente, creando una barrera para auqellos sentimientos que no fueran de amistad. Tanto fue lo que compartieron que, un día, simplemente comenzaron a admirar al contrario sin que ellos mismos se dieran cuenta, aunque esto ocurrió en tiempos distintos.

Para Minho fue fácil reconocer el momento exacto en que supo que se había enamorado de su amigo.
Se trata de una de las tantas noches que su mayor se encontraba trabajando hasta tarde en el estudio.

Sabia perfectamente cómo se comportaba cuando esto sucedía, por lo que, aún siendo tarde y, a riego de desvelarse acompañandolo, se dispuso a viajar para brindarle algún alimento que le proporcionara energía para seguir con su labor.

Cuando llegó lo observó unos minutos, aprovechando que el mayor nunca notó su presencia.
Su vista quedó cautivada al notar el estado en que se encontraba. Tenia el cabello revuelto, sus oídos tapados por los audífonos que utilizaba para escuchar las pistas. Llevaba puesto un pantalón corto y una remera sin mangas, esa misma que el menor le había obsequiado en su último cumpleaños y que tantas veces él usó cuando dormía en el cuarto del mayor.

Cuando pasaron 10 minutos de su entrada al estudio, tocó su hombro para que vea que estaba en el lugar.
Cuando sus ojos conectaron con los suyos quiso abrazarlo. La mirada de Chan mostraba lo agotado que se encontraba y pudo notar que esta vez sería más fácil convencerlo de descansar.

—¿Por qué viniste Min?, deben ser más de media noche.— Su voz reflejaba cansancio pero aún así mostraba una sonrisa, demostrando lo feliz que lo hizo recibir esa visita.

—Exactamente son las 2:43 de la madrugada. Sabía que estarías aquí y que seguramente no comiste así que te traje un poco de lo que cenamos con los chicos.— A este punto Minho ya estaba colocando dicha comida en el escritorio donde antes se encontraba el chico trabajando.—Sabes que por más que estés ocupado, es importante alimentarse Chan, piensa en tu salud.—

Y el mayor sonrío. Esa sonrisa desencadenó en el menor un sin fin de pensamientos que recorrieron su cabeza tan solo en un par de minutos. Pero entendió, se prometió a sí mismo que no permitiría que esa acción termine, el quería ser el causante de que Chris nunca deje de sonreír.

Sus nervios florecieron cuando sintió unos brazos rodeando su cintura, lo estaba abrazando y no sabía cómo reaccionar. Aguantó las ganas de acariciarle el cabello, ese que tan esponjoso se veía.

—Chris no quiero que me abraces. Ahora mismo tienes que ir a descansar, Mañana es un día ocupado y no puedes seguir despierto hasta tan tarde—. Dijo, tratando de disimular el hecho de que en cualquier momento su voz saldría entrecortada.

Su comentario fue ignorado y, en lugar de separarse, el mayor lo abrazó con más fuerza, acción que hizo que Minho se rindiera y por fin correspondiera aquel abrazo.

Esa noche las sospechas del menor fueron respondidas. Ectivamente existían sentimientos que no se iban a ir tan fácil. Sin embargo, nuevas dudas se plantaron en su mente, llevándolo a pasar noches donde dormir se volvía difícil, y compartir tanto tiempo con el mayor solo lo empeoraba.

minchan  |  hugsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora