Stay Away From My Friends

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—Despertaremos a los vecinos de abajo.—Dije.

—No me importa.—dijo con una maliciosa sonrisa.

Ahora que lo pienso, he estado dentro de esta habitación miles de veces con cientos de chicas, pero, está es la única a la cual realmente amo, en ese instante me ató a la cama.

—Te quiero de la forma menos romantica.—mentira. Lo único que realmente deseo es que ella pueda amarme.

Por eso como un estúpido, me arriesgué, y por supuesto perdí, ¿en carajo estaba pensando cuando le propuse matrimonio? Ella dijo que podíamos seguir siendo amigos, pero lo último que deseo ahora es verla. De manera pesada me dirijo hacía el sofá, un destello entre los almohadones llamó mi atención, metí la mano y saqué un centavo y... un anillo de diamantes, el que iba a ser su anillo de compromiso.

El toc-toc de mi puerta llamo mi atención, me dirigí a abrirla y eran todos mis amigos y los hice pasar inmediatamente, mientras iban entrando, me di cuenta que ella está aquí.

—Has estado desanimado últimamente, y como no sabemos porque, decidimos venir a visitarte.—Dijo una de mis amigas abrazandome.

—No... no era necesarío...—ella puso una cara triste.—Ahh Lousiana, me torturas con ese bello rostro, bien de acuerdo que haremos?—Los chicos sacaron varias botellas de alcohol de sus mochilas y nos pusimos a beber, el alcohol les pasó la cuenta a todos, menos a mi y a ella.

—Podemos hablar?—me preguntó, a lo que sólo me límite a asentir.

—Sé que ellos eran tus amigos antes de que me conocieras, pero es que en realidad me he encariñado con ellos.—sus palabras me calaron ondo, y una lágrima se deslizó por mis mejillas.

—Porfavor... mantente alejada de ellos, yo... los necesito para levantarme en este momento.—en otra habitación se escuchó un cristal romperse—Eso fue lo que hiciste con mi corazón.—dije sonriendo de medio lado.

—Lo siento, pero, no lo haré.

—Tu no sabes lo que es despertarse en medio de la noche asustado por la idea de quedarse solo.

—Por esa misma razón no lo haré.—sus palabras me hicieron darme cuanta que sólo existía una solución, comencé a correr en dirección al baño, ella me siguió pero yo fui más rápido y me encerré, al parecer todos sé acercaron a ver que estaba pasando.

—No sé!—dije entre lágrimas y gritos—No sé como te metiste tan dentro de mi... tan dentro en mi garganta, que... cortaste mis venas.—En ese instante entre los cajones del baño busqué una navaja, hasta que di con ella, para ese entonces las patada y gritos de "no lo hagas" habían aumentado considerablemente, pero, ya era muy tarde, con mucha euforia hice un tajo desde la palma de mi mano hasta el fin de mi ante brazo, y para asegurarme lo hice en ambos brazos, inmediatamente caí al suelo, y mientras veía como me desangraba pensaba que esos serían los ríos que nos llevarían lejos.

La puerta de rompió y todos entraron de golpe horrorizados, ella se acercó y tomó mi cara entre sus manos, parecía decir algo, pero no la oía.

—Esto parece la típica escena de un club nudista.—cuando terminé de decir esto, observe su rostro por última vez, y luego cerré mis ojos para no volverlos a abrir,

Detrás de las letras de Pierce The VeilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora