Hell Above

3.5K 221 9
                                    

Yo habré tenido poco más de 17 cuando sucedió todo. Yo tan sólo no podía pasar otra noche en esta casa, cerré mis ojos y respiré lentamente, Medité un vez más si esto era lo correcto, hasta que me di cuenta que no habría diferencia, ya que lo único que hago es rogar por amor. Así que tan sólo me dirigí a donde estaban ellos.

-Mamá, papá, los amo mucho. -acto seguido incendié mi casa, dejando ahí el último recuerdo de ellos, no soy más que el asesino que quemó su hogar, de todos modos, a pesar de que los amaba, esto nunca se sintió como un hogar.

Salté por la ventana rompiendo el cristal y comencé a correr a través de la calle, entonces recordé que en alguna época feliz mi padre había escogido mi nombre.

Luego de mucho correr llegué a mi refugio, era un lote baldío al cual nadie había entrado mas que yo y ella... Ella es un ángel cuyo hogar es el cielo mas yo un pobre diablo que deberá pagar su condena en el infierno.

Recuerdo como fue la primera vez que la vi, ella era un ángel, tan dulce como azúcar en la boca que se va derritiendo lentamente, sin embargo, al igual que yo estaba sola, así que nos enamoramos y decidimos estar solos juntos, porque yo no necesitaba amigos, solo a ella, ahora que lo pienso tal vez lo hice con fuego porque sus besos eran como pavimento en llamas, era un fuego que quema, pero a la vez te encanta.

Pero sin embargo estoy solo en este lote baldío, mi único refugio, porque ella es un ángel que espera por el cielo, y yo un demonio condenado a estar en el infierno.

Se siente el aire sucio y el agua estancada se ve putrefacta, pero sin embargo me siento libre, porque aquí en mi refugio puedo estar tranquilo.

Al fin pude ver su bello rostro asomándose aquí, habíamos acordado vernos aquí para acabar con nosotros mismos.

-Estas listo para estar juntos para siempre?-Sus palabras retumbaron en mi cabeza.

-Pero si lo hacemos, tú irás al cielo y yo al infierno y estaremos separados para siempre, por que quieres separarte de mi?!

-Ya no quieres hacerlo? pero que hay de nosotros? que hay de mi?-Comenzó a acercarse para lo que yo creí sería un abrazo, pero me equivoqué ella clavó una daga en mi corazón y cuando la sacó de mi pecho la enterró en el suyo.

Vi como el cielo se abría para recibirla como el ángel que era, mientras el infierno se preparaba para tragarme, lo último que recuerdo fue que le grité que no me dejara solo, que no me dejara caer, pero no me escuchó.

Detrás de las letras de Pierce The VeilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora