Y fue así como frente al espejo con nada más encima que las marcas de sus batallas apreció su belleza, como en cada marca florecía una historia, y aquellas "imperfecciones" la volvían su perfección misma. Pues hasta la luna tiene cráteres y aún así no opaca su gran resplandor, pues son esas mismas marcas que la vuelven ella. Sus ojos recorrían su cuerpo con una sonrisa que florecía, se sentía como la luna en un constate renacer, y admiró como cada una de sus fases la hizo brillar más que la otra. Abrazada a sí misma apreció su belleza y supo que no necesitaba ninguna mirada más...
~Moonlight~
~Danielle B. P~