7 meses después seguía intentando ponerme de pie, y caía con cada pequeña ráfaga, no recuerdo cuántas veces lo intenté y solo mi almohada sabía lo mucho que quería olvidar y dejar de intentar pero, quién se va a atrever a decirle al corazón enamorado que pare? La respuesta, la realidad, cuando te tiene contra las cuerdas con una daga al cuello y ya no sabes si la estás apartando o acercando, en ese momento con las primeras gotas de sangre se fueron lo que esperaba fuesen las últimas lágrimas. El corazón estaba amordazado en un esquina mientras le gritaba que se callara, ya nadie lo iba a escuchar y en ese grito ahogado colgaba la esperanza de no morir en el camino. Qué difícil era cruzar esa puerta y ni hablar de cerrarla, es probable de que siempre quede entreabierta aunque me encuentre lejos de ella. Al corazón le gustaba juntarse con la mente y pedirle que repitiera las cintas con las memorias para recordar que había valido la pena, usualmente la mente lo abrazaba y le recordaba el gran trabajo que hizo pero que era momento de descansar empezar a sanar
~Moonlight~
~Daniela B.P~