Intentas adormecer el dolor, pero de repente todo para en seco, y llega el golpe, todo da vueltas y solo escuchas un pitido constante.
Es un dolor que te atormenta, continuo y con apariencia de gran destrucción, con la sensación de que no importa que tan rápido corras la ola te va a alcanzar. Cientos de gritos desde lo más profundo de tu alma mientras tu cuerpo se ahoga en agua y la mente en recuerdos. Pobre aquel que piensa puede escapar porque hasta en el rincón más profundo el dolor te puede encontrar... Pobre de aquel que se atreve a amar
~Danielle B. P~