Mi Oscuro Secreto

«✾✧Capítulo 3✧✾»

... "I'm so used to being used

So I love when you call unexpected

'Cause I hate when the moment's expected

So I'ma care for you, you, you

I'ma care for you, you, you, you

'Cause girl you're perfect

You always worth it

And you deserve it

'Cause girl you earned it, yeah"...

Dejé de canturrear la letra en voz baja y quité un audífono al sentir como mi instinto me alertaba de un ladrido, miré justo tras de mí al ver a la criatura acostado sobre un peluche viejo y maltrato mientras chillaba entre pequeños momentos.

— ¿Qué sucede, pequeño? –masculle al dejar de ordenar mis libros y acercarme al cachorro –,

Al estar cerca de él, empezó a chillar más y a mover su cola, se levantó y se recostó en mis piernas levantando mi mano con su hocico para que lo acarie.

— Te hacen falta cariñitos, eh. Pues ahora tienes una dueña sustituta que podrá darte todo el cariño que quieras hasta que aparezca tu verdadero dueño.

El pequeño Husky me lame el dedo índice para luego morderlo suavemente, luego se bajó de mi regazo y fue a jugar con el peluche viejo que conseguí para él.

Después de recogerlo ayer en la calle, logramos llegar sanos y salvos a casa, solo que totalmente empapados y el hombre encapuchado no era más que alguien huyendo de la lluvia y cubriéndose de las gotas.

O esa es la explicación que trato de pensar para calmar mis nervios.

Se supone que hoy hacemos un viaje a la casa de mis abuelos, ya que mi abuela tiene una enfermedad grave que aún no detectan y yo estoy arreglando algunas de mis cosas.

— Hola, retoñito. ¿Ya estas preparando todo lo que vas a llevar? Nos vamos dentro de una hora, tenemos que llegar temprano.

— Son las 10 de la mañana, es muy temprano.

— Esa es la idea. Ahora apurate que debemos comprar algo para llevar.

Después de arreglar mi bolso con algunas cosas necesarias ya que allá aún están algunas pertenencias mías y no es necesario que empaque tantas cosas.

Después tome una corta ducha y tomé el cachorro para ir a la tienda a comprar lo que tanto quería mamá.

— ¿Crees que esta vez se apresuré o se tarde más de media hora? –pregunte a papá refiriéndome a mamá –

— Creo que debimos traer mantas y almohadas para pasar la noche...

Después de que mamá comprara lo que quería llevar, tomamos la ruta a la calle 206 la cual son unos 30 minutos en auto.

Al llegar empecé a ayudar a mi madre con algunas cosas y dejándolas en la cocina de la abuela y luego termine llevando mis cosas a mi habitación.

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— ¡No, no. Por favor! –grité en desesperación por algo de piedad.

— uhmm ¿Ahora qué hacemos con ella? Ya hicimos lo acordado ¿No? –escuché una persona hacer aquella interrogación al mismísimo satanás

— Debemos seguir torturándola hasta que llegue a su grito de paz.

— Pero... señor, ya hemos aplicado todo tipo de tortura... no va a resistir más, dejemosla recuperarse. Así es más posible que su oscuridad se refleje.