Grábalo en la tierra

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Thorfinn no tardó mucho en darse cuenta de que esta era una excusa para pagarle.

El festival estaba lleno, sí. Pero ya habían suficientes guardias allí. Estaban en diferentes áreas, desde el área de tiro con arco hasta el puesto de hidromiel. Todo fue agradable y muy divertido, Thorfinn no sentía que tuviera una misión real allí. A diferencia de él, todas estas personas ya habían asistido a este tipo de festival antes, por lo que seguro conocían muy bien las consecuencias de causar algún problema, ¿Quién se arriesgaría así frente al rey? De todas formas.

De repente la gente vitoreaba y gritaba al ver a alguien pasar, mientras se acercaban al escenario. Thorfinn se paró entre la multitud observando cada uno de sus movimientos cuidadosamente ya que, después de todo, estaba en una misión.

El rey Canute vestía sus mejores ropas, ya que tenía que presentarse ante todos en Hedeby y mostrar su rostro en el festival. Se abrió paso entre la multitud y subió al escenario. Sus ojos estaban escaneando la multitud, cuando de repente notó a Thorfinn parado entre todos.

-¡Thorfinn, amigo mío! ¡Me alegro de que hayas venido! ¡Ven aquí!- le dijo a Thorfinn, y lo saludó con una sonrisa. La multitud se hacía más ruidosa. Algunos locales comenzaron a empujar suavemente a Thorfinn para remarcar que debía ir junto al rey. Thorfinn se sintió cohibido al principio, quieto como una roca. Canute seguía viendo a Thorfinn, que había estado de pie y en silencio todo el tiempo. Los dos se miraron, y el rey Canute no pudo evitar sonreír de felicidad. Había extrañado a Thorfinn.

Eso fué suficiente como para que Thorfinn se armara se valor y caminara hacia el escenario, subiendo y parándose a un lado del rey.

-Esto es increíble- dijo Thorfinn, con los ojos muy abiertos mirando todos los colores y ruidos del festival. En parte decidido a cuidar, en parte disfrutando de la vista. Miró a Canute, el rey sonreía. -Este no es un trabajo de verdad, ¿verdad?- Preguntó con una risa. El rey Canute se rió con Thorfinn. Sabía que su misión era bastante fácil en comparación con otras cosas que habían hecho juntos en el pasado. Thorfinn miró el escenario y las coloridas gradas que se instalaron a su alrededor. El mercado estaba lleno de gente cantando, bailando y riendo. Algunos de ellos se emborracharon, pero sabía que el festival estaba bajo control.

Luego Canute finalmente respondió, hablando en un tono tranquilo y bajo que sólo Thorfinn pudo escuchar.

-Te extrañé, Thorfinn. Quería tenerte conmigo, ese es mi trabajo para tí.- El rey sonrió con calidez mientras hablaba. Habían pasado por muchas cosas juntos y realmente extrañaba su compañía.

-No tenía idea de que me extrañabas-, dijo Thorfinn, mirándolo. -¿Para ser honesto, Canute? Llegué a pensar que me odiabas. O al menos que no te caía bien. Sabes que tenemos nuestras diferencias.- dijo. Canute se sorprendió visiblemente al saber que Thorfinn lo había malinterpretado.

-¿Cómo diablos se te ocurrió esa idea? Nunca te odié, Thorfinn. Hemos luchado y matado juntos demasiadas veces. Debes saber que no lo hago.- Canute recorrió a la multitud con la mirada, realmente no tenía ganas de dar un discurso, pero las personas los miraban expectantes, incluso curiosas de las palabras que el rey compartía con Thorfinn y no eran audibles.

-¿Alguien te hizo creer eso, Thorfinn?- Preguntó.

Hubo una pausa, Canute pensó que tal vez Thorfinn había decidido que era suficiente charla, sabía que no era el momento ni el lugar. Pero luego Thorfinn respondió -No, sólo soy yo, después de todo lo que he hecho, creo que es justo y merezco que alguien me odie.- le dió una mirada, pero Thorfinn ya estaba con la vista en la multitud, quitándole la atención.

Graba esa calidez en mí.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora