Graba esa calidez en mí.

Grábalo en cada cicatriz

¿Qué podemos hacer si lo mejor en el mundo no es suficiente?
¿No ha hecho usted que todo sea lo que es?
Su pecho tiene una marca que indica que podría estar muriendo.
¿No puedes hacer que esa marca se vaya? ¿No tienes poder de convertirla en cicatriz? Eres un Dios, un ser todopoderoso.
¿Por qué no lo curas como curas a otros?
Si no lo haces jamás te lo perdonaré.

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-¿Un hongo para la infección? ¿Hay algo más que podamos hacer por él?- El Rey continuó preguntando.

Lo primero que hizo al recuperar el aliento fué ir a la tienda donde estaba Thorfinn. Se sentía agotado y hambriento, pero eso no se comparaba con la preocupación que tenía por él. Necesitaba verlo, saber cómo estaba. Si habían encontrado algo que pudieran hacer por él o Canute tendría que hacer toda una operación para encontrar la ayuda necesaria. Cualquier cosa por él.

-No es un hongo cualquiera, alteza. Este hongo tiene ácido fusídico.- respondió uno de los médicos, colocando lo que Canute supuso era dicho hongo, en forma de una especie de pasta.

-¿Ácido fusídico? ¿Sabes si está funcionando?-

-El ácido fusídico es un antibiótico que actúa deteniendo el crecimiento de bacterias. Se usa para tratar infecciones. Las plantas medicinales que utilizaron esas personas...- se refería a los nativos -son buenas, pero no estaban utilizando algo para cuidar la infección.- explicó.

-Estamos haciendo todo lo que podemos, su Alteza.- Otro de los médicos le dijo al Rey Canute, mientras tomaba un paño y lo mojaba en una cubeta con agua, luego lo exprimió. El líquido volvió a caer sobre el recipiente. -Nuestra medicación con el hongo y algunas hierbas deberían funcionar. Pero lo grave ahora es la fiebre, es uno de los síntomas por la infección, estamos intentando reducirla.- finalizó poniendo el paño sobre la frente de Thorfinn.

La mirada de Canute era como una aguja. Su rostro frío y neutral, a pesar de las circunstancias. Solía ser una persona muy seria cuando dirigía a sus soldados y su reino. Era estricto y duro con ellos cuando era necesario y siempre tenía que asegurarse de que las cosas se hicieran bien.

Sin embargo, con Thorfinn, el rey era una persona completamente diferente. Era cariñoso, amable y no podía ocultar sus sentimientos.

-Hagan que se sienta mejor. No quiero que muera así.- le dijo a los médicos con esa expresión severa y tono demandante. Los médicos se vieron entre sí, y uno de ellos respondió con voz más baja. -Lo haremos.-

-Bien.- Dijo el Rey Canute. -Hagan su mejor esfuerzo porque Thorfinn necesita de su ayuda más que nunca.- caminó hacia Thorfinn. Besó la frente de rubio la cual sintió hervir, y le susurró: "Thorfinn, estoy aquí para tí, no te preocupes."

No quería que Thorfinn pensara que estaba solo en esta batalla. El Rey quería demostrar que estaba allí con él para que Thorfinn se sintiera más seguro y protegido durante este momento difícil.

El Rey Canute tomó la decisión de abandonar la tienda porque quería dejar que los médicos concentrarse, pues tenían mucho trabajo que hacer por la salud de Thorfinn y Canute esperaba que lo hicieran bien. A demás sintió que necesitaba algo de tiempo para procesar todas las cosas que habían sucedido y él mismo quería descansar después del largo trayecto.

De repente se acordó de Einar, quien estaba convencido de que Thorfinn ya estaba muerto y acusaba al rey. Rápidamente tomó la decisión de ir a confrontar a Einar y contarle la noticia.

Pasaron días.

Los médicos estaban tratando la infección de Thorfinn con diferentes plantas. También estaban usando un tipo especial de hongo, que estaban convirtiendo en una pasta. Habían intentado eliminar la infección del cuerpo de Thorfinn, pero aún quedaban algunas bacterias. Se aseguraron de mantener la herida limpia, le visitaban cada cierto tiempo para atenderla, limpiando la pus, secando y frotando con sus dedos la pasta de hongo con ácido fusídico sobre la herida y bajo los tejidos de piel. La fiebre había disminuído, la infección estaba controlada y Thorfinn había recuperado la conciencia.