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018. patronus spell

「 conjuro patronus 」

VENUS.

Venus no podía sacarse de la cabeza lo que habían dicho. Sirius había matado a su madre, eso lo había escuchado antes, pero había algo que no le cerraba. Había leído y había visto las fotografías de su madre, Sirius no parecía ser alguien que traicionaría a su mejor amigo y su mejor amiga, parecía ser más al que prefería morir antes de ser desleal.

Desde ese día, Venus no había hablado con Harry, el la evitaba y ella no quería hablarle. Era obvio lo tenso que estaba el ambiente entre ambos, por lo que Venus pasó esos pocos días que quedaban con Cedric y sus amigos.

Sus vacaciones de navidad fueron lo que esperaba. Un baile aburrido en la mansión Malfoy en la víspera de navidad y después fue a Nueva York en donde pasó Año Nuevo con la personas del campamento mestizo.

Para Venus, volver a Hogwarts era una pequeña tortura, no quería separarse se Annabeth. Will, Silena, Charlie, y sus demás amigos del campamento mestizo, pero tenía que seguir con su vida estudiantil.

Venus llegó unos días antes que fuera el regreso oficial a clases. Se había encontrado con Harry, Ron y Hermione, pero solo habló con Hermione ya que ella estaba sola por lo que pasó con la Satea de Fuego que le había llegado a Harry.

—Estuvo bien lo que hiciste —dijo Venus mientras hacía una trenza en el cabello de su amiga —. Que ellos dos no se den cuenta es estúpido.

—También se enojaron porque McGonagall se llevo la escoba que te llegó —dijo Hermione, triste.

—Ninguno de los dos me habla, no tienen porque enojarse —dijo Venus y termino de trenzar el cabello de Hermione —. Deberían agradecer tener amigas como nosotras, las cuales soportan sus berrinches de niños.

—Supongo que tienes razón.

—Tengo razón, Mione. Siempre la tengo.

—¿Siempre?

—Casi siempre.

Hermione sonrió y abrazo a su amiga.

Las clases comenzaron al día siguiente. Lo último que deseaba nadie una mañana de enero era pasar dos horas en una fila en el patio, pero Hagrid había encendido una hoguera de salamandras, para su propio disfrute, y pasaron una clase inusualmente agradable recogiendo leña seca y hojarasca para mantener vivo el fuego, mientras las salamandras, a las que les gustaban las llamas, correteaban de un lado para otro de los troncos incandescentes que se iban desmoronando. La primera clase de Adivinación del nuevo trimestre fue mucho menos divertida. La profesora Trelawney les enseñaba ahora quiromancia y se apresuró a informar a Venus de que tenía la línea del amor más rara que había visto nunca.

Venus sabía que Harry comenzaría a asistir a clases particulares con Remus para defenderse de los dementores. Lupin le ofreció unirse pero Venus rechazo la oferta ya que no quería incomodar a Harry, pero si acepto ir a clases en donde no estuviera Harry presente

—Bueno... —Remus sacó su varita mágica e indicó a Venus que hiciera lo mismo—. El hechizo que trataré de enseñarte es magia muy avanzada... Bueno, muy por encima del Nivel Corriente de Embrujo. Se llama «encantamiento patronus».

—¿Cómo es? —preguntó Venus, nerviosa.

—Bueno, cuando sale bien invoca a un patronus para que se aparezca —explicó Remus— y que es una especie de antidementor, un guardián que hace de escudo entre el dementor y tú.

Venus se imaginó de pronto agachado tras alguien del tamaño de Hagrid que empuñaba una porra gigantesca. Tío Remus continuó:

—El patronus es una especie de fuerza positiva, una proyección de las mismas cosas de las que el dementor se alimenta: esperanza, alegría, deseo de vivir... y no puede sentir desesperación como los seres humanos, de forma que los dementores no lo pueden herir. Pero tengo que advertirte, Venus, de que el hechizo podría resultarte excesivamente avanzado. Muchos magos cualificados tienen dificultades con él.