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013. triwizard tournament

「 torneo de los tres magos 」

VENUS.

Durante las siguientes dos semanas, Harry y Venus no se dirigieron la palabra, lo cual era notado por gran parte de los estudiantes y profesores, ya que siempre Potter y Black estaban riendo y haciendo ruido juntos, ahora ni se miraban. Lo malo, al menos para Venus, era que compartía todas sus clases con Harry, así que tenía que estar con él gran parte del día y las rutas que tenía para llegar más rápido a clase, eran las mismas que usaba Harry.

Venus había comenzado a pasar tiempo con Cedric y sus amigos, los cuales se sumaron al P.E.D.D.O, después de un discurso de Venus, ahora eran ocho afiliados.

Viernes 23 de Septiembre, el cumpleaños de Cedric. Venus había despertado muy temprano para ir a las cocinas y pedirle a los elfos domésticos un pastel de cumpleaños. Lewis, el mejor amigo de Cedric, tendría la tarea de hacer que llegara un poco más tardé al Gran Comedor; Tom, un gran amigo de Cedric, se encargaría de tener la decoración en el Gran Comedor; Shanon, una amiga de Cedric, se encargaría de los regalos.

—Ahí viene —dijo Tom mirando a Lewis y Cedric entrar por el Gran Comedor. Cedric venía con los ojos vendados y con una sonrisa radiante.

—¡Feliz cumpleaños! —gritaron en coro los amigos cuando Cedric se sacó la venda de los ojos. Unos Hufflepuff se sumaron para cantar feliz cumpleaños al igual que unos Ravenclaw.

Al terminar de cantar, Cedric sopló las velas, Venus dejó el pastel a un lado y abrazó a su amigo. Tom, Lewis, Shanon, Cedric y Venus se sentaron en la mesa de Hufflepuff y Cedric comenzó a abrir sus regalos. Tom le regalo un Kit de mantenimiento de escobas, Shanon le regalo unos libros de misterio muggle, Lewis le regalo una sudadera que por detrás tenía bordado "Diggory" y el número 07. Venus le regalo una foto de ambos sentados en el patio de Hogwarts, esa foto había sido sacada por Lewis, Venus también le regalo una pulsera con un colgante de un tejón plateado.

—Gracias, Venus —dijo Cedric mientras abrazaba a Venus. Venus solo le sonrió.

A los pocos minutos comenzarían las clases, así que Venus se despido de sus amigos y se fue directo a la clases.

Para su sorpresa, el profesor Moody anunció que les echaría la maldición imperius por turno, tanto para mostrarles su poder como para ver si podían resistirse a sus efectos.

—Pero... pero usted dijo que eso estaba prohibido, profesor —le dijo una vacilante Hermione, al tiempo que Moody apartaba las mesas con un movimiento de la varita, dejando un amplio espacio en el medio del aula—. Usted dijo que usarlo contra otro ser humano estaba...

—Dumbledore quiere que les enseñe cómo es —la interrumpió Moody, girando hacia Hermione el ojo mágico y fijándolo sin parpadear en una mirada sobrecogedora—. Si alguno de ustedes prefiere aprenderlo del modo más duro, cuando alguien le eche la maldición para controlarlo completamente, por mí de acuerdo. Puede salir del aula.

Señaló la puerta con un dedo nudoso. Hermione se puso muy colorada, y murmuró algo de que no había querido decir que deseara irse.

Moody empezó a llamar por señas a los alumnos y a echarles la maldición imperius. Venus vio cómo sus compañeros de clase, uno tras otro, hacían las cosas más extrañas bajo su influencia: Dean Thomas dio tres vueltas al aula a la pata coja cantando el himno nacional, Lavender Brown imitó una ardilla y Neville ejecutó una serie de movimientos gimnásticos muy sorprendentes, de los que hubiera sido completamente incapaz en estado normal. Ninguno de ellos parecía capaz de oponer ninguna resistencia a la maldición, y se recobraban sólo cuando Moody la anulaba.