-ᶜᵃᵖⁱᵗᵘˡᵒ ⁶ -

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- ¿Q-Qué ocurre?, ¿Quién habla? -pregunté tras el teléfono levantándome como resorte de mi cama. Algo andaba mal, la voz se escuchaba asustada y temblorosa, y eso hizo que mi corazón se congelara de inmediato-

- Habla Rocío... -respondió- Tengo que decirte algo urgente -comentó Rocío tras el teléfono con voz tensa y fríamente -

- ¿Rocío? ¿Dónde está Ama? -pregunté confundida aún tallando mis ojos, pues seguía adormilada y un tanto cansada-

- Eeh... ella... está muy mal -dijo repasando con lentitud cada palabra, como si buscara algo para decir. Me preocupaba pensar que Ama se sentía mal por toda la situación que estábamos viviendo; tanto, que llegaba a afectar su salud. Eso es lo que suponía que estaba ocurriendo, pues ese "esta muy mal" me sonaba extraño, nada común en Ama-

- ¿Como? ¿Que le pasa? -espeté con voz nerviosa y agitada mientras me colocaba en la esquina de mi cama, lista para ir hacia el hospital y ayudar a Ama, que quizás la estaba pasando mal-

- Nos dieron una noticia, muy... fuerte -soltó con voz fría y detonante. No pensaba que fuera tan grave, quizás sólo necesitaba más dinero para estudios y exámenes para Samantha-

- Si necesitan más dinero puedo deposi-

- No Abril... n-no sigas... -prosiguió- Samantha no va a despertar, lo dijo el doctor esta mañana -un golpe a sangre fría y una apuñalada en el pecho podía dolerme menos que esta noticia. De repente mi vista se nubló y el aire en mi pecho comenzó a escasear cada vez más y más, tanto así que ni siquiera le pude dirigir una sola palabra a Rocío- Yo... lo lamento mucho, en serio, puedo ir a tu cas-

- ¿C-Como es...posible? ¿Que te dijo... el doctor?... -la interrumpí entrecortando mi voz, aún con dificultad para contener el aire-

- Oh.. amm... m-me dijo que la contusión en su cabeza había sido tan fuerte que había quedado completamente inconsciente; se quedará en coma para siempre y... ya sabes lo que ocurrirá después, ¿No? -Habló. Se le oía nerviosa, como si algo más estuviera pasando y ella tuviera miedo de decirlo; pero mi bloqueo emocional era tan fuerte, que no podía prestar atención ni hablar, las palabras se ahogaban en mi garganta impidiéndome pronunciar una frase completa con seguimiento- Lo siento Ari, sé que en verdad te importaba y... -colgué el teléfono sin decir una sola palabra. Dejé caer el teléfono lentamente sobre las sábanas, y seguido de eso suspiré dejando salir por fin mi llanto desbordante e incontrolable, que se escondía en lo más profundo de mi pecho-

Me coloqué más adentro de mis sabanas envolviéndome entre ellas, y buscando una pizca de calidez. No paraba de salir líquido de mis par de luceros, esos luceros que alguna vez admiraron la belleza que tenía junto a mi acariciando mi cabello castaño y mimando mis mejillas frías.
Todo era un caos, mi vida estaba siendo un tsunami; un tsunami lleno de tristeza, soledad, y miedo.
Me estaba quemando, ardía en el fuego de su ausencia y la soledad se estaba expandiendo por cada rincón de mi piel, dejando huecos imposibles de llenar, y heridas imposibles de curar.

Quizás suene exagerado pero, después de la noticia pude sentir cómo si despegaran parte de mi ser, de mi alma, o de mi vida. Mi vida entera estaba destrozada junto con mi esperanza y mi fe. Estaba rota, y nadie podía repararme.

Ya no me quedaba nada. Mi corazón se apagaba poco a poco, dejando conmigo una voz interior que no paraba de agobiarme.

No podía imaginarme un futuro sin ella, ni una vida sin ella.

Nunca pude darle el "Si", y eso nunca me lo voy a perdonar.

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𝟖𝟖𝟖 - 𝖱𝗂𝗏𝖺𝗋𝗂 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora