capítulo 17

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«Los pasillos de la imponente sede empresarial resonaban con el eco de pasos apresurados y conversaciones animadas, creando un ambiente que destilaba profesionalismo y éxito. Millie, se sumergía en su mundo de negocios con gracia y determinación, su presencia dejando una huella de confianza a su paso.

En un rincón de la oficina, Elizabeth Hawkings se sumía en su trabajo con dedicación silenciosa. Su amor discreto por Millie la inspiraba a dar lo mejor de sí misma cada día, y aunque nunca había revelado sus sentimientos, su lealtad inquebrantable hacia la empresaria brillaba en cada tarea que realizaba.

Un día, mientras Elizabeth se encontraba concentrada en su trabajo, Jason Scott, el marido altanero y machista de Millie, entró en la oficina con una expresión de desdén. Su presencia llenó el espacio con una aura de arrogancia y superioridad.

—¿Y esta pequeña secretaria todavía sigue aquí? ¿No te han dicho que los subordinados deberían limitarse a obedecer y no estorbar?—dijo Jason con tono altanero entrando al despacho y cerrando la puerta tras él.

Elizabeth alzó la mirada, su semblante permanecía sereno pero su corazón latía con fuerza. Mantuvo la compostura, negándose a ser afectada por las palabras hirientes de Jason.

—Señor Scott, estoy aquí para cumplir con mis responsabilidades laborales. Si necesita algo, estaré encantada de ayudar—respondió Elizabeth, con un tono bastante relajado para tal situación.

—Ayudar, ¿eh?—Con una risa burlona, Jason miraba fijamente a Elizabeth—. Como si una simple asistente como tú pudiera hacer algo más que traer café.

Elizabeth apretó ligeramente los puños bajo la mesa, resistiendo el impulso de responder con igual desdén. Sabía que Millie no merecía saber de esta humillante interacción.

En ese momento, Millie entró a la oficina con su habitual aura de confianza. Se acercó a su marido Jason, su voz era firme y segura.

—¿Hay algún problema aquí, Jason?—preguntó Millie mirando a Jason fijamente.

—No, cariño. Solo estaba teniendo una pequeña charla amistosa con nuestra querida asistente—fue todo lo que dijo Jason antes de poner una sonrisa burlona en su rostro.

Millie se giró hacia Elizabeth, sus ojos llenos de preocupación y apoyo.

—Elizabeth, ¿estás bien?—preguntó Millie mirándola, con ese brillo en sus ojos y ese tono de voz con ternura.

—Sí, señorita Millie. Solo estábamos... resolviendo algunos asuntos de trabajo, me temo—contestó Elizabeth con una sonrisa forzada.

Millie asintió, no completamente convencida, pero confiando en Elizabeth para manejar la situación.

—Bueno, entonces, si tienes algunos asuntos que resolver, que sean con tu secretaria asignada. Yo tengo asuntos importantes que atender con Elizabeth más tarde—Millie miró a Jason a modo de incitar a salir de la oficina en la que se encontraba Elizabeth.

Jason lanzó una mirada de desprecio a Elizabeth antes de dirigirse a Millie y salir de la oficina. Millie se marchó junto con Jason y Elizabeth exhaló un suspiro aliviado. A pesar del desprecio de Jason, el breve intercambio la había dejado con un amargo sabor en la boca.

Horas después, en la soledad de su hogar, Elizabeth se permitió desahogar sus emociones en lágrimas silenciosas. Su amor por Millie la llenaba de esperanza y desesperación a partes iguales. Pero, sin importar lo que enfrentara, estaba decidida a proteger a Millie de las sombras que la rodeaban, incluso si eso significaba soportar el veneno de las palabras de Jason.

Project: Love [camren]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora