capítulo 15

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«Millie había estado inmersa en su rutina diaria de reuniones y decisiones empresariales en su moderno y luminoso despacho. Su éxito como empresaria y su personalidad risueña la habían convertido en una figura conocida en el mundo de los negocios, pero para ser totalmente sinceros, Millie arrastraba a su marido Jason Scott hacia su gran éxito, cosa que no agradaba a nadie en absoluto. La gente de la compañía empezaba a preguntarse el porqué de las actitudes celosas y tóxicas del marido, puesto que hasta el momento, Millie era su sombra. Era él quien aparecía en todos los logros. Era él quién hacía de portada en las revistas de negocios, y en realidad, todo era gracias a la prodigiosa mente de Millie, quién verdaderamente jugaba un juego de ajedrez en los negocios cada vez que alguna empresa venía buscando sus servicios. Millie siempre salía ganando.

O mejor dicho, su estúpido marido Jason Scott.

El aroma del café recién hecho y la suave luz de la mañana llenaban el aire mientras ella repasaba informes y tomaba notas en su laptop, a través del bullicio que significaba gran actividad en la compañía.

Cuando Millie levantó la vista para tomar un sorbo de su café, algo captó su atención de inmediato. Un delicado ramo de flores frescas, de colores vivos y variados, adornaba la esquina de su escritorio. Su expresión se transformó en una mezcla de sorpresa y curiosidad mientras observaba el hermoso regalo floral. Intrigada, Millie se acercó al ramo y buscó una tarjeta adjunta. Sin embargo, no encontró ninguna nota ni indicio de quién podría haber enviado las flores. Aunque su mente se llenó de especulaciones, no pudo evitar sonreír ante el gesto inesperado y misterioso.

Un suave golpeteo en la puerta la distrajo de sus pensamientos, y al girarse, vio a uno de los trabajadores de la compañía parado en el umbral de la puerta con una sonrisa llena de energía.

—Buenos días, señorita Millie—añadió el trabajador con una sonrisa—¿Tendría un momento?

—¡Por supuesto, Mike, adelante!—Millie dirigió su mirada amable al trabajador y hizo un ademán con sus manos alentando a que pasara. El trabajador entró y cerró la puerta detrás de él, sosteniendo una pequeña tarjeta en la mano.

—Pensé que esta tarjeta podría pertenecerle, señorita—Millie tomó la tarjeta y la abrió con curiosidad, encontrando una caligrafía elegante y totalmente conocida.

"Para Millie,
Cada día a tu lado es una bendición y un motivo de alegría. Estas flores son solo un pequeño reflejo de mi agradecimiento y admiración. Con todo mi amor,
Elizabeth Hawkings"

—Oh... Elizabeth—dijo Millie suspirando llevándose una mano a su pecho y una sonrisa suave se formaba en su rostro. El trabajador, asintió sonriendo mientras seguía mirando a Millie.

—Sí, fue Elizabeth quien me pidió entregarle la tarjeta. Parecía que estaba deseando que la leyera, señorita Millie—Mientras el trabajador se retiraba, Millie se quedó pensativa, sosteniendo la tarjeta y observando las flores con una mezcla de emociones. Sabía que Elizabeth era alguien especial en su vida, alguien que había estado a su lado en los momentos más importantes y había compartido sus triunfos y desafíos.

La idea de que las flores fueran un gesto de admiración y agradecimiento de Elizabeth le dio un vuelco al corazón. Aunque Millie aún no estaba segura de los sentimientos que albergaba en su interior, no podía evitar preguntarse si había una posibilidad de que la amistad que compartía con Elizabeth pudiera convertirse en algo más profundo y significativo...

Project: Love [camren]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora