Izuku Midoriya era alguien que estaba acostumbrado a sentirse inútil. Es decir, toda su vida había girado en torno a esa palabra.
Los profesores lo decían cuando creían que no escuchaba y sus compañeros hacían lo mismo cuando sabían que sí. Era un hecho que siempre estuvo presente a lo lardo de su niñez y posteriormente en la entrada de la adolescencia, constantemente se lo recordaban y demostraban con golpes y palabras hirientes.
Pero, se supone que eso era algo que había dejado atrás. Ahora, él tenía una particularidad, una poderosa, ¡Tenía la particularidad de All Might!
Sí, ese sentimiento se había ido lentamente, ya no era inútil más. Es decir, a veces estaba ahí, tenue pero presente. Pero eso estaba bien, tenía sentido. Claro, sus compañeros tenían toda una vida de entrenamiento y familiarización con sus poderes, y para él todo era nuevo. Era frustrante, un poco, pero estaba bien. No era culpa de los demás que fuera diferente.
Sus huesos de rompían constantemente y lo que le dijo Aizawa el primer día nunca dejó su cabeza. Porque era otra manera en la que le habían dicho que sería inútil, ¡Un estorbo para sus compañeros!
Desde entonces había estado entrenando, pero aún no había mejorado, sus huesos se seguían rompiendo. Una y otra, y otra vez, tan constantemente...
Entonces, All Might le pidió que llegara lejos en el festival. Y fue una oportunidad para demostrar que no era sólo un inútil, que podía ayudar a la gente. Una oportunidad para demostrarle a todos que podía hacer más.
Entonces, había luchado con Todoroki, y aunque perdió, ¡No se sintió inútil, había ayudado a Todoroki!
Sí, no llegó tan lejos en el festival. Pero no importa, si All Might estaba decepcionado, no importaba. ¡Él había ayudado a alguien, a un compañero de clases! Y eso era más importante que un simple festival escolar.
Izuku se sentía satisfecho. Y luego, salió de la enfermería. Apenas había despertado, pero no quería perderse la entrega de medallas. No importaba si no había ganado, había dado su máximo esfuerzo, así que sonreiría y felicitaría a sus compañeros.
No pudo lograr llegar cuando la multitud estaba saliendo del estadio. Todos siendo escoltados por los profesores y héroes profesionales. Eso fue extraño, sumamente raro.
Izuku se hizo a un lado, mirando cómo todos pasaban, susurrando entre sí y compartiendo comentarios y miradas.
—...fue horrible... —escuchó un tipo al pasar.
—Había sangre, pude verlo —comentó una chica al grupo con el que estaba.
—... grabé desde el principio... las manos aún me tiemblan... —siguió hablando otro mientras se alejaba.
¿Qué había pasado? Izuku comenzó a sentirse inquieto al seguir escuchando comentarios y palabras sueltas mientras seguían escoltando a los civiles fuera de las murallas.
"Sangre".
"Los héroes no se movieron".
"Se veía tan mal".
"Tiene la misma edad de mi hermana menor".
Comentarios y comentarios. Cuchicheos, no más que eso. Pero, en ese momento, Midoriya fue capaz de escuchar todos ellos. Como si las voces fueran capaces de atravesar la neblina y el eco de los pasos en su cabeza. Sintió cómo la ansiedad lo embargaba, y se fue uno de los pasillos, buscando llegar al estadio de nuevo. O, al menos, encontrarse con alguien que le dijera qué había sucedido.
Y así fue, más adelante, por uno de los pasillos laterales, venían caminando Tokoyami y Todoroki, siendo escoltados por All Might. El rubio conectó su mirada con su predecesor y Midoriya encontró en su mirada un sentimiento con el que estaba bastante familiarizado la mayor parte de su vida, además del desprecio; el Símbolo de La Paz lo veía con lástima.
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Aun si corres, te persiguen
FanficBakugō ha tenido un ataque de pánico en plena entrega de las medallas durante el festival deportivo de primer año. Sus recuerdos y traumas aún no superados se hacen presente en el peor momento, frente a miles de personas, luego de que ser encadenado...