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Capítulo 9 - Enero 9/12 -

SELENE

El lunes me levanto más temprano de lo necesario, me preparo un cappuccino y me dirijo a la empresa una hora antes de mi entrada. Charlotte prefirió dormir un poco más, por lo que dijo que llegaría en taxi después.

Jahir me habló el sábado en la tarde para que fuera a ver el terreno designado, pero no pude hacerlo por... obvias razones, así que voy a la empresa por un par de materiales y junto a un par de topógrafos, me dirijo a la zona.

Nos llevó alrededor de seis horas, solo tener la medida de la mitad del terreno. Mientras los topógrafos se encargaban de eso, estuve trazando más planos que parecían sin sentido.

Para las 12 del medio día estaba regresando a Gifrans, y nada más bajar del ascensor divisé a mi secretaria y le dije.

- Buenas tardes Sharon, por favor pídeme un café frio, con mucho hielo, descremado, bien cargado con dos de azúcar. Ahora, no me pases llamadas ni visitas sorpresas. Solo si son mis padres o mi hermano, no quiero distracciones.

- Si señorita Piper, como ordene.

- Tampoco dejes pasar a nadie que no sea Jair o Charlotte, si son los topógrafos dile que dejen el recado contigo y tu entras y me lo pasas.

- Si señorita.

Sin decir más, entre a la oficina y me plante en la silla a seguir reajustando detalles de los planos del exterior del edificio.

Una hora después unos golpes en la puerta me sacaron de mi pequeño encierro de números y líneas.

- ¡Adelante! - suelto mirando un momento a la puerta.

Charlotte abre y entra mirando mi pequeño desastre en la oficina.

- Dios, que asfixiante se ve todo esto. Al menos abre las ventanas.

Reviso a mi alrededor y hay montón de planos arrugados por el suelo, algunos estirados y tachados, por no hablar de los borradores desgastados y la caja de lápices regada a un lado.

- Lo iba hacer, pero me centre tanto que lo había olvidado.

Camina y levanta las persianas, abre las ventanas y apagas la lámpara que había encendido antes.

- No entiendo como no estás sudando en este pequeño espacio. Necesitas un respiro, has estado trabajando desde las 6, vamos a almorzar.

- No puedo. Quiero terminar en esto.

Vuelvo a centrarme en la hoja desplegada en la mesa. Hago tres líneas más pero ninguna queda recta.

- ¡¿Qué me pasa?! ¡Ni siquiera puedo trazar líneas rectas! ¡Que frustrante!

Lanzo el lápiz al otro extremo de la oficina y me arrepiento al instante, porque tendré que caminar por él.

- Es porque necesitas caminar, cambiar de aires.

- Estuve seis horas por fuera de la oficina Charlotte. Créeme el cambio de aires no hará diferencia.

- Claro que sí. Estas bloqueada por el exceso de trabajo.

- ¿Podrías traerme algo de comer cuando vuelvas? - ignoro lo que antes dijo - voy a tratar de mejorar lo que estoy haciendo.

- De acuerdo. Estas en plan perfección hasta el final, lo entiendo, pero deberías frenar un poco. Cuando te pones en ese plan, para cuando termina la semana estas tan desgastada que te cuesta incluso conectar palabras.

- Eso no va a pasar esta vez. Voy a tomar un descanso, pero no ahora, lo haré después.

Se queda callada un par de segundos, en los que yo voy y tomo el lápiz, y para cuando regreso a la mesa ella ya esta cerca de la puerta.