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Capitulo 18 -Febrero 10-

IAN

Ya está. Había tomado una decisión.

Por una vez, iba a dejar mi orgullo de lado y hacer eso que mi instinto me pedía que hiciera, así que me vestí con un pantalón de algodón negro, una camiseta blanca con una sudadera del mismo color sobre esta y tenis deportivas.

Tomé las llaves del carro y salí casi corriendo del departamento.

Cuando llego a mi destino, sin darle tantas vueltas presiono el botón del ascensor y espero.

¿siempre ha sido tan tardado?

Cuento dos minutos esperando a que baje todo el edificio y nada, así que me voy por las escaleras. Son diez pisos y si subo en zancadas de dos en dos me cansare menos y acortare camino.

Decir que subí casi corriendo las escaleras no es broma, tanto que de una mala pisada casi me voy de cara contra los escalones.

¿Qué tan bajo vas a caer Ian...? literalmente.

Ya en el piso cinco ubico el ascensor abierto con una chica en pijama saliendo de él, venia de los pisos de arriba así que cruzo la puerta antes de que se cierre y le doy al piso diez. En cuento abre, camino al pasillo y busco la puerta con el número que Iván me había dado y doy leves golpes esperando encontrarme con mi objetivo directo.

Tres pares de golpes después, seguía sin abrir nadie y me empecé a desesperar. Saqué mi celular y abrí los mensajes para escribirle a Iván.

Ian: ¿Estas seguro de que ella estaba en su departamento?

Espere impacientemente lo que primero llegara, o una respuesta, o que me abrieran la puerta. Pero llego primero el mensaje.

Iván: Si, seguro. Cuando Charlotte y yo salimos quedo ahí.

Sin responderle, guardo el celular y vuelvo a tocar. En cuanto bajo la mano para esperar la puerta es abierta por una mujer despeinada, sin maquillaje y con un pijama de esos gruesos que te asfixian a media noche.

- A quien se le ocurre tocar la puerta así a las once de la noche.

Tenia los ojos cerrados, estaba pasando sus manos por ellos como si la hubiera despertado.

- Perdón, no sabía que estabas dormida.

Al parecer mi voz la despertó de golpe porque subió la mirada a mí y sus labios se separaron ligeramente por la impresión.

- Ehh. Tu hermano no esta aquí.

- Se que no esta aquí, pero no venia a buscarlo a él.

- Ah... Charlotte...

- ¿En serio Selene?

- Bueno perdón por estar con los espasmos del sueño aun y no saber que decir porque a un loco le dio por aporrear mi puerta en la mejor parte del sueño. - no respondí, no sabia como debía hacerlo así que solo metí mis manos en el bolsillo de la sudadera. - dime, ¿a qué has venido?

- ¿estás sola?

- No, como crees tú, es que me gusta recibir a mis visitas con una de las pijamas que era de mi abuela. - pareció retractarse porque soltó un largo suspiro - sí, estoy sola.

Me observa directo a los ojos, tratando de trasmitirme algo, pero no logro entenderlo. Mi cerebro no esta del todo conectado. Así que como ultima señal se hace a un lado dejándome un espacio entre su cuerpo y la puerta entre abierta.