Triángulo amoroso {Larry/Zarry/Zouis}

Capítulo 1.

Capítulo 1.

Louis sonrió al ver a su novio vestirse. Habían tenido un buen momento. No pude evitar sonreír y pensar que tenía suerte de tenerlo, lo quería mucho, muchísimo. Su cara mostro confusión al ver que Zayn se vestía pero para irse.

–¿Ya te vas?

Zayn se volteo sonriendo.

–Tengo cosas que hacer, pero sabes que por mí me quedo contigo todo el día.

Louis vio el reloj en la mesita de noche y frunció el ceño.

–Pero son solo las dos de la tarde, quédate un momento.

El pelinegro termino de acomodarse la camisa y se miró por última vez en el espejo. Se dio la vuelta viendo un hermoso puchero en los labios de su novio.

Pensó que tal vez si llegaba un poco tarde para donde tenía que ir no pasaba nada. Louis abrió los brazos esperando que Zayn lo abrazara. Este negó con la cabeza.

–Levántate y vístete, haremos algo de comer, muero de hambre.

–¿Quieres comer esto?

Louis se quitó la sabana por completo abriendo las piernas y elevando sus caderas mostrándole a su novio una perfecta vista de su pene.

–Tal vez como postre –Zayn sonrió.

(...)

Ya en la cocina Louis se sentó en la encimera mientras veía como el pelinegro se acercaba hasta la nevera y sacaba una lata de crema batida y fresas.

–Ya entiendo –el castaño dijo con una pizca de emoción en su voz.

Zayn lo miro con una ceja levantada.

–¿Entiendes qué?

–Jugaremos.

El pelinegro arrugo el entrecejo y miro la lata de crema y las fresas. Oh, ya había entendido.

–No hay tiempo para follar –dijo seco.

Louis rodo los ojos y bufo por lo alto. Sus piernas colgaban en donde estaba sentado así que se dispuso a balancearlas. Estaba aburrido.

–¿Y hay tiempo para que me consientas?

Escucho como Zayn soltaba una carcajada ante eso.

–¿Qué es tan gracioso?

El menor suspiro limpiándose una lagrima de su ojo que había salido gracias a la risa.

–Te comportas como un bebé, cuando no lo eres.

Louis se quedó neutro, sin expresión alguna en su rostro, mirándolo directamente.

–Puedes largarte cuando te dé la gana.

De un salto se abajo de la encimera y comenzó a caminar hasta la sala. Su madre en cualquier momento llegaría así que comenzó a acomodar la reguera. Sintió unas manos posarse en su cintura.

–Vamos, Louis, no te enojes.

Mando su comentario por el arco del triunfo mientras se quitaba las manos de su cintura y se alejaba de Zayn. Rodeo todo el sofá y se sentó en una esquina alejada.

–Púdrete.

El pelinegro rodo los ojos, odiaba cuando Louis se colocaba de esa manera. ¿Qué esperaba él? ¿Qué le rogara y le llegara dando besitos?

Pero, si quería mantenerlo a su lado para el buen sexo cuando a él se le antojara. Tenía que hacerlo.

Se acercó hasta el castaño sentándose a un lado de él y agarrando su mano. Louis fue a entrelazar sus dedos pero el chico se lo impidió. Para disimular beso el dorso de la mano de Louis y luego paso la lengua.

–Sabes que te quiero, no te pongas con eso, cariño.

El castaño lo miro. Perfectas pestañas, bonitos labios.

–Está bien –se dio por vencido.

Zayn sonrió internamente ante lo logrado, se inclinó hacia adelante besando los labios del castaño, mordiendo el inferior.

–¿Tu madre a qué hora llega?

–Debe de estar por llegar.

–Entonces me voy, sabes que me odia.

Louis rio divertido ante eso. Y es porque era verdad, su madre no le agradaba en lo absoluto Zayn, siempre le decía que no era un buen chico, que él se merecía a alguien más que lo quisiera de verdad. Louis siempre peleaba diciendo que Zayn lo quería, y su madre le llevaba la contraria. Y al final del día, era Jay la que tenía razón. Aunque el castaño no sabía eso.

–¿Cuándo nos vemos?

Zayn lo pensó un momento rascándose la barba de hace días.

–No lo sé. ¿Quieres ir mañana a un buen hotel?

Y secretamente esa era una cosa que odiaba Louis, las salidas con Zayn siempre consistían en un hotel ellos follando, aunque él no se quejaba tanto, el pelinegro era bueno en la cama, solo que él también quería algo de romanticismo.

–Te escribo si puedo.

El menor rodo los ojos sin que Louis lo viera.

–De acuerdo, me mandas un mensaje, adiós.

Se despidió dándole un último beso y saliendo por la puerta. Louis suspiro cuando la silueta de Zayn ya había desaparecido.

Últimamente su relación se basaba en puro sexo. Sus encuentros siempre terminaban así, ellos en una cama o sobre cualquier superficie follando.

Louis recuerda que cuando comenzaron a ser novios nada era así. Zayn era atento y muy cuidadoso con él, le llevaba flores y lo llevaba a cenar por algún lugar cerca. Pero eso era cosa del pasado. Ahora ellos ya iban a cumplir el año de noviazgo y los últimos dos meses solo habían sido monótonos.

El castaño sacudió su cabeza alejando ese tipo de pensamientos. Él tenía que querer a Zayn tal como era.

Pero en el fondo él quería más.

Suspiro frustrado agarrándose el cabello. Dirigió su mirada a la nada y decidió que tal vez podría llamar a su mejor amigo. Luego desecho esa idea por completo. Hasta le dio asco a él mismo en haber pensado en él.

Aun no se podía sacar de la cabeza que su mejor amigo Liam se había acostado con su novio.

En el principio todo fue un enredo. Pero Zayn le juro que Liam había sido el culpable y bueno, Louis le había creído.

Se acomodó mejor en el sofá sacando el teléfono de sus bolsillos delanteros. Comenzó a revisar sus contactos y uno en especial le llamo la atención. Se había olvidado por completo de ese chico.

Lo agrego a WhatsApp rápidamente como "Harry". Ni siquiera se acordaba que en la fiesta que él había asistido el viernes pasado había intercambiado números con ese chico alto.

Se supone que él tenía novio y no tenía por qué andarle escribiendo a otros. Y sobre todo. Harry tampoco le había escrito a él, ósea que no le interesaba en lo más mínimo, o no se acordaba, sea lo que sea Louis estaba harto, aunque ni él mismo tenía muy claro de qué. Así que abrió el chat del chico y tecleo lo que se le vino a la mente.

Tal vez el rizado si se acordaba de él, tal vez podía tener algo de atención, la atención que Zayn no le daba –ya que este se la daba solo cuando estaban en la cama–.

–Tiene novio Louis –susurro para el mismo sonriendo–. Aunque...

En su mente se proyectaron las imágenes del chico coqueteándole y diciéndole cosas atrevidas y sobre todo mal intencionadas.

Se encogió de hombros, no perdía nada. Vio lo que había escrito y lo dudo por un segundo.

–A la mierda.

Toco la pantalla del teléfono enviando el mensaje. Sonriendo orgulloso por su valentía. Porque él no tenía miedo a la pregunta, tenía miedo era a la respuesta.