Triángulo amoroso {Larry/Zarry/Zouis}

Capítulo 10.

Capítulo 10.

Zayn lo miro detenidamente, analizando cada uno de sus movimientos.

–Puedo explicarlo.

Harry miro hacia otro lado, tratando de que sus lágrimas no resbalaran por sus mejillas. Había sido tan tonto, pero tan tonto.

–Te escucho.

El pelinegro lo miro sorprendido ¿en realidad iba a dejar que le explicara? Pronto recordó que Harry no era como Louis.

–Yo... hemm...

No sabía que decir. ¿Cómo se suponía que tenía que explicar todo? No había una buena excusa en realidad, simplemente se había besado con otro chico.

–No tienes excusas –Harry sonrió–. Eso es grandioso.

Zayn aún más confundido, vio como el chico agarraba todas sus cosas y comenzaba a guardarlas en un pequeño bolso.

–¿Qué haces? –pregunto alarmado.

Harry lo miro de mala manera.

–Me largo, no soporto estar ni un minuto más contigo en este lugar. Anda y vete con ese chico, a mí ya no me importa.

No.

Zayn se desesperó en ese momento. No podía perder también a Harry.

–¡Por favor! No te vayas. Perdóname, bebé.

El rizado lo ignoro, guindándose el bolso en su hombro.

–No malgastes tu tiempo. Louis siempre tuvo toda la razón.

(...)

Niall estaba en un lado del sofá apretándole la pierna, dándole consuelo.

–Zayn no merece tus lágrimas –susurro–. Ya no llores.

Harry negó con la cabeza, sorbiendo su nariz.

–No lloro por él –dijo con su voz más ronca debido al llanto–. Es por lo idiota que fui. Louis me lo advirtió y yo- él-

Se quedó en silencio, tratando de agarrar aire y poder hablar correctamente.

–¿Qué? –pregunto cuando noto la mirada del rubio.

–Que te complicas mucho la vida, Harry. ¿Por qué no hablas con él y ya?

Harry negó con la cabeza, era absurdo.

–No valdrá la pena. Él ese día dijo que si salía de mi habitación nunca más lo volvería a ver.

Niall sonrió.

–¿Y te dejaras convencer por unas palabras? –negó con la cabeza–. Ese no es el Harry que yo conozco.

El rizado bufo.

–Ni yo me conozco, fui tan idiota.

–Eso ya lo dijiste, y no importa lo que hagas, no podrás devolver el tiempo. Así que te recomiendo que hables con Louis.

Harry se restregó los ojos, agarrando entre sus temblorosos dedos su teléfono.

–Hey –Niall lo detuvo–. Ahora no, es mejor que pienses las cosas, para que sepas que vas a decirle.

Harry le agradeció, prometiéndose a sí mismo que lo arreglaría todo.