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Ghost, al igual que todas las noches se estaba dando una ducha tras la cena para salir y ayudar a ___ en la enseñanza del perro. No sin antes fumarse algún que otro cigarrillo.

Llevaban tiempo consiguiendo avanzar y dar nuevos pasos. El perro obedecía ya sus primeras órdenes bajo su cargo sin la necesidad de un premio o refuerzo por parte de su dueña. Además, había conseguido tener un vínculo con el animal más allá de simples compañeros.

Esta vez, no iba a ser distinto. Se preparaba con la misma equipación ligera de todos los días y mientras terminaba de fumarse su cajetilla diaria dirigió al punto de encuentro de ambos.

Llegó más temprano de lo normal, y se limitó a sentarse en un unos de los troncos caídos que obstruían parte del camino, mientras observaba cómo las nubes del cielo tan oscuro se desplazaban a la vez que el aire.

Pasaron uno, dos y tres minutos desde la hora de siempre. Raro era que ____ llegara tarde, ella era excesivamente puntual siempre.

Después cinco, diez y finalmente quince. No era propio de ella, y menos sin avisar.

Esperó hasta los treinta minutos y una vez pasadas las dichas 23:30 sobreentendió que algo no andaba bien.

¿Se habría dormido? ¿Quizá estaba enfadada y se había cansado de su pasotismo? ¿Habría sucedido algo de camino a allí? No le sería difícil averiguarlo.

Se dirigió hasta la perrera donde estaban todos los malinois y habló con el encargado preguntando por ____. Este hombre larguirucho parecía cansado. Los turnos nocturnos solían ser los peores por allí, poco trabajo, poco movimiento y por lo tanto mucha somnolencia durante su jornada.

Eso sí, cuando había trabajo era insoportable. De aquí para allá sin parar y sin descanso.

"No, señor. ____ no ha venido hoy a sacar al perro" Negó el hombre con su cabeza. "¿Sabe dónde está? Nunca se ausenta y el perro necesita salir"

"Negativo. Por esa misma razón venía a preguntarle" Las miradas entre ambos era de confusión. "Déjeme, ya lo saco yo, no tengo ningún problema. Soy el teniente Ghost, de su mismo grupo operativo, el 141"

"Muchísimas gracias. Mencionaré a la señorita ____ sobre esto la próxima vez que venga" Respondió buscando la correa y guiando al soldado hasta el perro.

El hecho de que ___ no hubiera aparecido donde habían quedado quizá era por algún motivo excepcional. Que no hubiera ido a sacar al perro ya era algo preocupante.

Algo había pasado, no cabía ninguna duda.

Volvió al bosque esta vez acompañado del animal. Este parecía alterado y confundido, no entendía por qué ese hombre le había venido a recoger y no su dueña. Se dejó llevar aún así, porque eso le estaban enseñando y confiaba en el soldado enmascarado.

Al mismo tiempo, y un poco más cerca, ___ caminaba tambaleante hasta el lago de todas las noches. Su cabeza daba vueltas, y comenzaba a ver doble, triple... Incluso cuádruple. Deseaba por todos los dioses que aquello parara en ese instante.

Su cuerpo pesaba mucho y comenzaba a notarse los músculos cada vez más débiles. Ella era una chica fuerte, era una soldado, algo así tampoco la iba a tumbar de primeras.

Llegó al punto de encuentro para ver que no había nada ni nadie. Se esperaba ver a Ghost ahí esperándola, pero no. Ni un solo alma.

¿Acaso había sido tan tontamente ingenua que pensaba que el teniente la esperaría allí si no llegaba? El teniente era alguien ocupado, ¿por qué esperaría por una niña como ella?

¡Riley! | Ghost x FemReaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora