#1- Nunca me enamoraré, ni seré ama de casa, ni tendré una familia P.1

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-Está embarazada, señora Addams.

Aunque ya sabía todo lo que el médico acababa de decir, Merlina se sintió repentinamente golpeada por la realidad. Estaba enamorada y casada. Y también embarazada.

Embarazada.

Cuando ella y Tyler lo hablaron dos meses atrás, pareció una buena idea dejar el control de natalidad. Ella sabía que era el momento propicio para que otra de sus visiones se cumpliera, pero... Ella era una Cuervo, y sus visiones no eran bonitas. Y a pesar de que ella ya estaba acostumbrada a las imágenes horrorosas, el recordatorio de lo que vio le hacía reiterarse porqué no había querido tener hijos: el dolor del parto (eso no era tan malo, después de todo se necesitaba sufrimiento para traer a alguien a un mundo de sufrimiento), los llantos, la crianza... Y luego crecerían y se volverían unos adolescentes rebeldes hartos de su familia. Tendría que lidiar con la corte por sus travesuras. Tal vez comenzar a sobornar a la gente como hacían sus padres.

Sus padres.

Ella estaba a punto de pagar cada cosa que les hizo pasar. De pronto comenzaba a pensar que la idea del karma no era tan descabellada. El mismo Newton lo dijo: acción y reacción. Era un concepto básico de la física, pero no pensó que también sería aplicable en los acontecimientos de su vida. Y sus niños serían aún más salvajes que ella y su hermano, de eso estaba segura. La harían desear nunca haberlos tenido y sería una madre terrible y Tyler la odiaría por sus enseñanzas poco ortodoxas...

-...Cuidados... Señora, ¿se encuentra bien? -la voz del médico la sacó del pozo de angustia exagerada en el que se había hundido.

Ella asintió. Tyler la estaba mirando con preocupación desde la silla junto a la suya.

-¿Qué decía sobre estar embarazada? -preguntó ella. Estaba pálida, más de lo normal.

El doctor parpadeó con confusión y se aclaró la garganta.

-Le decía que tiene apenas tres semanas. Haremos una ecografía la semana que viene para revisar el estado del feto y le informaré sobre los cuidados -repitió él -. Como es primeriza, sé que probablemente tendrá muchas dudas, pero me aseguraré de resolverlas -estiró la mano y tomó un panfleto de su escritorio y se lo tendió-. Mientras tanto, podría revisar la información aquí.

El médico sonrió.

-Felicidades.

-¿Qué te pasa? -le preguntó Tyler cuando estaban conduciendo de vuelta al departamento -. Estoy sintiendo un poco de angustia por aquí. Y miedo. Creí que estábamos de acuerdo.

Merlina enderezó la espalda, en un penoso intento de defender su dignidad.

-No tengo miedo. Tal vez sea tuyo -replicó -. Y sí estuve de acuerdo con entregar el resto de mi vida, salud y dinero a un par de personas que probablemente nunca me lo agradezcan.

Tyler desvió la mirada de la calle para echarle un vistazo rápido y preocupado.

-¿Un par? -casi gritó -. Y no estás bien. Sabes que lo sé.

Frenó en seco y ante un semáforo en rojo que no había visto. Un peatón en cruce le sacó el dedo medio, pero ambos lo ignoraron.

-¿Desde hace cuánto lo sabes? -presionó Tyler cuando ella no dijo nada en un buen rato.

-¿Unos siete u ocho años?

-¿Siete...? ¿Por qué no me dijiste nada? -le espetó Tyler.

Merlina lo miró de reojo.

-Porque no. No podías saberlo tú.

-Pero alguien más lo sabe, ¿no es así?

A sus espaldas, los claxons comenzaron a sonar con impaciencia; el semáforo se había puesto en verde como tres segundos antes. Tyler avanzó, pero no dejó la conversación y volvió a preguntar.

Tyler x Merlina - One-shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora