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Rubia maravillosa

Angus

—Te aviso por la tarde —anuncia Devanni y asiento, me subo a mi auto, un autentico Porsche 911 GT3 RS deportivo.

Conduzco hasta llegar al centro comercial, me coloco mis gafas oscuras y la capucha, bajo del coche y me mezclo entre la gente hasta que llego al departamento de licores, tomo dos botellas Smirnoff que le encantan a mi hermana pequeña, porque deseo sobornarla.

Me urge ver a la rubia maravillosa y Alma me tendrá que encubrir.

Tomo tambien una botella de Ron y pago, antes de ir al coche paso a comprar preservativos y lubricante, me dirijo a casa y al llegar subo a mi habitación.

Rápido escondo las botellas en mi mochila y me voy al cuarto de mi hermanita, paso y dejo las dos botellas en su mesita de estudio, tomo una notita y le escribo:

"Para la hermanita consentida.

-Angus"

Me voy a mi habitación y dejo la botella de ron en mi buró, tomo una ducha para relajarme y me coloco un short, una camiseta de Harry Styles y mis plantunflas para andar en casa.

Bajo y mamá entra al gimnasio, papá James la sigue mientras le mira el trasero sin disimular nada, me aguanto la risa y me voy a la oficina, busco entre los libros que eran de mi difunto padre y tomo uno, comienzo a leer y saco mi laptop, me coloco los auriculares y miro videos de psicólogos dando conferencias sobre temas interesantes del comportamiento humano, la mente y emociones.

Cuando se llega la hora en que comemos, dejo todo en el escritorio para continuar más tarde, salgo y mi hermanita ríe junto con la rubia de cabello corto.

Me acerco a su oído para susurrar:

—Tu premio está en tu habitación hermanita —Alma deja de reir y Mila me mira con una sonrisa atrevida, le correspondo y me levanto—Mila, que gusto verte, ¿gustas acompañarnos a comer?

—Hola Angus —se levanta viniendo a abrazarme y deposito un suave beso en su frente cuando la siento acariciarme la nuca—Estás más guapo que la última vez.

—Me gusta ese labial —susurro y suelta una risita.

—¡Ya dejenme salir! —nos separamos cuando mi hermanita reniega, ups, la estabamos acorralando entre nosotros—¡Que fastidio!

Se marcha a la cocina, cabreada, yo río por sus pasitos de niña enojada.

La rubia me lanza un beso y nos vamos al comedor, nos reunimos todos y comenzamos a comer, al terminar ayudo a Vane recogiendo la mesa, me es inevitable sonreir cuando Mila suspira enamorada al verme ayudando.

—Yo lo quiero de esposo —suelta y mi hermana hace una mueca de desagrado, me aguanto la risa, mi hermanita siempre se comporta como una mocosa.

—Mi vida —mamá me acaricia la espalda y la miro—Voy con tus padres a ver a tu tío Zane, al parecer quieren hacer negocios.

Asiento y me da un abrazo, se marcha y cuando termino de lavar los trastes, subo a mi habitación, me tiro en mi cama y pienso como pescar a la rubia, traerla a mi cama.

Salgo y bajo al despacho, guardo los libros y mi laptop para continuar después, cuando salgo la rubia me estampa en la pared y no me contengo, la beso mordiendo esos labios achocolatados.

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