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Resultados accidentales

Angus

Comienzo a despertar debido al dolor extraño que siento en el trasero, específicamente en el ano.

El dolor no es muy fuerte, pero es lacerante, me es inevitable quejarme, incluso para moverme me duele.

Abro los ojos y de inmediato me comienza a doler la cabeza, con punzadas que pareciera que me dan con un martillo.

Entro en pánico al ver que estoy en una habitación desconocida, intento recordar lo que pasó la noche anterior, pero cada que intento recordar me incrementa el dolor.

Me siento ansioso, y no sé de qué o porqué razón.

Miro alrededor intentando ver algo que me ayude a saber de quien es la habitación ¡y porqué estoy desnudo!

¡Joder!

Masajeo mis sienes en un intento de disminuir el dolor que me cala en las entrañas, pero el quejido de alguien más me saca de mi tarea.

Casi se me va el alma a los pies cuando miro que el que está a mi lado es Matthew, maldición, ¡también está desnudo!.

—Estamos jodidos... —gruño en voz baja, cabreado conmigo mismo, no sé que me pasa y mucho menos que sucedió anoche, lo que sí sé es que necesito vestirme o voy a terminar creyendo que me trajo y me violó.

—¡Ah! ¡Angus! —grita asustado cuando me comienzo a levantar con dificultad, se cubre el cuerpo—¡¿Que haces aquí?! ¡¿Porqué me duele el culo?! ¡¿Me violaste?!

—¡No joder! ¡Ni siquiera recuerdo nada! —me defiendo y alcanzo mi boxer.

—¡Oh mierda Angus! ¡Algo me hiciste cabron! —suelta con terror.

—¡No grites! —pido cabreado, la cabeza me va a estallar—Y tú me hiciste algo a mí.

—No, yo jamás... —baja la mirada a mi miembro dormido y traga grueso—Dime que eres team carne porfavor.

—¿Qué?

—Sí, si me follaste dime que no te crece todavía más...

—No te follé —digo con asco.

—¡¿Y esa mierda que?! —señala los preservativos usados en el cesto, joder, joder, ¿que putas estaba pensando al venir aquí?—¡Me cogiste! ¡Por eso me duele el culo!

—¡Que no te cogi joder! No recuerdo nada, talvez solo nos masturbamos viendo porno o algo así, yo que sé...

—¿Y como explicas el que no puedo ni moverme sin chillar del dolor?

—Pues no lo sé...

—Eres un aprovechado.

—Tú te aprovechaste de mí —acuso también y me coloco el bóxer, tomo mi ropa y comienzo a vestirme.

Lo miro cuando lo escucho tomar una almohada y gritar en ella, frustrado.

—Bueno... aunque, si no puedes moverte, talvez sí te follé —comento y me avienta la almohada molesto—¡Pero no lo recuerdo!

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