Para mi Alma preciosa...
Alma
—¿Ya te sientes mejor? —pregunto cuando llega a mi lado acostandose y dejando la cabeza sobre mis muslos, asiente y bosteza—Entonces no te golpeaste muy fuerte.
—Se los dije —responde con mala cara y río.
—Con eso te voy a molestar, de que caminabas como si tuvieras rosada la cola —bromeo y tuerce los ojos.
—De tí nadie se salva, pequeña diablita —me pellizca una mejilla y jadeo adolorida, pronto se burla.
—Quítate fastidioso.
Le pego en la frente con el control de la televisión, se masajea y se levanta, le miro el culo cuando se va, ya no se mira afectado, debí haberlo grabado caminando medio manco, para reirme de él por toda una eternidad.
Continúo mirando la serie, la cual me tiene obsesionada, nada más y nada menos que Sex Education, bastante educativa la verdad.
Me canso de verla y apago la televisión, apenas voy a subir a mi cuarto cuando me marcan, es Peyton.
—Hola, ¿quieres salir de compras?
—Me gustaría, pero sigo malita —rechazo—Invita a Mila.
—Ya le dije, pero creo que quería ir a ver a tu hermano... —me es inevitable reir—¿De que te ries tía?
—No creo que Angus esté en las mejores disposiciones de recibirla, parece que anda rosado de la cola o algo así —suelto entre carcajadas.
—Eres una pésima hermana, él tan lindo que es contigo.
—Frente a los demas solamente, apariencias —digo divertida—Es enserio, anteayer se quedó celebrando con sus compañeros y a la mañana siguiente regresó manco y adolorido, según él se cayó, pero no le creo ni un poquito, pa mí que se comió alguna asquerosidad estando borracho y en el baño simplemente salió...
—¡Asco Alma!
Rio cuando grita asqueada.
—Creo que si digo eso a cada chica que se le acerque, todas van a huir, ha de tener el culo explosivo...
—Eso no le quita lo bueno que está —suelta con perversión—Lo soportaría incluso si roncara como camionero, se pedorreara o fuera un cochino.
—Que asco.
—¿Y ya está mejor? —pregunta.
—Creo que sí —digo y rie.
—No te creo —rie.
—Tu problema, no el mio, pero Angus no se salva de como lo voy a avergonzar —digo con malicia y ella ríe como brujita.
—Bueno, como sea, entonces veré a quien me llevo de compras, chao —se despide.
Cuelgo y me voy a mi habitación, me como unas cuantas golosinas y bajo más tarde.
—¡Que emoción! —grito al ver a mi hermano mayor.
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Fichados
Teen FictionEl destino para pocas personas puede ser una cadena que arrastra a su victima moldeando muchos sueños y aspiraciones. Mujeres destinadas a ser propiedad de alguien, perdiendo la libertad, esclavas del destino, ignorantes de la lucha contra las adver...