Red Pencil: terminada

11. La fiesta.

Hoy era la fiesta de Allison y no sabía que hacer. Si iba seguramente iba a ver a Maya y no sabía que decirle. Si no iba, iba a ser el perdedor que lo invitaron y no fue. Ayer en la escuela Maya me estuvo evitando todo el día, lo que confirmo mis sospecha. Ahora estoy 95% seguro de que le gustaba. Pero no la quería incomodar.
Sean apareció en mi casa como a las 5:00 p.m.
-Oye güey, acompáñame a la fiesta, ¿no?
-Ahora si me hablas. Puta madre, vete, ¿quieres?
-No te enojes, estaba en algo importante.
-Si, como no, lo entiendo-dije sarcásticamente.
-Órale, perdón, ¿podemos ir a la fiesta?
-No lo sé-dije no muy convencido de ir.
-Vamos, te vas a divertir.
-Okay, pero me debes una.
Me preparé para ir a la fiesta. Jugamos videojuegos mientras eran las 7:00. A esa hora nos fuimos a la fiesta en el carro de Sean. Al llegar a la calle de la casa de Allison, ya se escuchaba la música. Solo vimos un faro de luces de diferentes colores y supimos que ahí era. Apenas entramos y un grupo de chicas se abalanzaron sobre Sean entre ellas Cristine. Una chica en particular se me acerco. Era Zara Pemberton, otra de las miles chicas populares de la escuela.
-Oye, ¿eres Ben Stoler, no?-me dijo con una voz muy seductora-Sean me ha contado mucho de ti.
Voltee a ver a Sean que me estaba mirando. Me guiño un ojo. No puedo creer que haya hecho esto.
-¿Quieres ir a tomar una cerveza?-me preguntó Zara.
Estaba a punto de decir que no cuando llegó Sean y me jaló del brazo.
-Me lo llevo tantito-dijo y nos fuimos a un rincón.-Hazlo por favor. Cristine me lo pidió, es su mejor amiga y le dijo que tu querías estar con ella hoy.
-Pero no quiero.
-Porfavor, te voy a deber una grande.
-De hecho, me deberías dos.
-Okay, te debo dos, ¿Lo haces?
-Okay, ya que insistes.
-Gracias güey.
Regresé con Zara. Le dije que tomáramos una cerveza. Nos sentamos y nos pusimos a platicar. De repente vi que se calló y se me quedó mirando. Luego se empezó a acercar lentamente cerrando los ojos. Traté de hacerme para atrás pero no pude. Me besó. De repente tenía mis manos en su pelo y las suyas en mi cuello.
¿Qué estaba haciendo? Traté de soltarme y cuando lo hice vi para otro lado. Cuando vi ahí estaba... Maya. Estaba parada, mirándome helada. Nos quedamos así un rato hasta que Maya se movió y se fue corriendo. Me quedé ahí unos minutos para analizar lo que había pasado. Soy un idiota. Fui a perseguirla pero era demasiado tarde, Maya ya se había ido. El resto de la fiesta me la pase solo.
No puedo creer lo que yo mismo había hecho. Soy un verdadero idiota.