FINAL.

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Por desgracia, la radio no funcionó bien hasta la mañana siguiente. Jungkook tenía la intención de responsabilizar a los guías locales. No podía perdonar que les hubieran dado ese equipo luego de que firmaron un contrato de seguridad.
Jimin se despertó temprano por la mañana y se esforzó por recoger el rocío. Luego de recorrer toda la tienda de campaña, pudo llenar una botella de agua para beber.

—…¿Es bebible?

Jimin se encogió de hombros ante la pregunta. 

—Si no te gusta, no la bebas.

—Lo siento, me equivoqué.

Tan pronto como se disculpó, Jimin sonrió satisfactoriamente y le tendió la botella con agua. Mientras la tomaba, Jungkook arrugó la frente cuando vio que Jimin se inclinaba y que algo crujía. Era difícil ver que era porque estaba cubierto por su cuerpo, pero en la mano de Jimin había algo parecido a una red de recogida.

— …¿Qué es eso?

— Ah…

Jimin sonrió torpemente. En la red, había cuatro o cinco gusanos.

—Estos gusanos son ricos en proteínas y tienen pocas bacterias… Pero supongo que es mejor morir de hambre, ¿no?

Jungkook apenas asintió, conteniendo sus ganas de desmayarse.

—Ah, Jungkook, te pusiste pálido.

Jimin, que se había desecho de los gusanos tal y como estaban, sacó el desinfectante, se lo aplicó, y sonrió como si nada hubiera pasado. Al ver la cara sonriente, Jungkook se sintió un poco mejor del estómago.

Afortunadamente, la falla en el radio se debía a que no estaba conectada por error de la otra parte. Por lo que después, Jungkook y Jimin pudieron recibir la mochila con comida. Y, con la persuasión de Jungkook, Jimin prometió no separarse nuevamente de los guías durante los días restantes. 
Durante unos días de exploración, Jimin recorrió todo tipo de lugares de forma muy seria, con una mirada brillante y colorida.

Jungkook estuvo cansado en todo momento queriendo derrumbarse, pero se mantuvo firme tras la espalda de Jimin para protegerlo. Además, al mirarlo explorar tan seriamente, todo su dolor parecía desaparecer. 

El día de su regreso, Jimin se despidió de los guías una y otra vez con cara de decepción. A Jungkook le costaba entender por qué se abrazaba a uno tras otro, pero se vio obligado a no decir nada porque Jimin parecía muy decaído.

Al regresar a Corea en un jet privado, Jimin se durmió rápidamente mientras mencionaba todas las cosas que había visto en el bosque.
La vista del río Brahmaputra que se veía por la ventanilla del jet privado era muy bonita, pero Jungkook lo recostó sobre su regazo en lugar de despertarlo. Era una vista que podría volver a ver cuándo quisiera de todos modos. 

***

Jimgguk, quien ya tenía cinco meses, estaba sana y regordeta gracias a los buenos cuidados del secretario Hong. El secretario Hong también se mostró reacio a entregarle la niña a Jimin.

—Nuestra hija, ¿cómo te has portado con tu tío?

—Ggukie disfrutó mucho jugando con su tío. No sabes lo bien que se portó… Además, me lavaba las manos antes de sostenerla, así que no te preocupes.

Jungkook inclinó la espalda y acercó su cara a la niña. Ggukie entonces movió su pequeña palma.

—Sí, es papá.

—¡Bu!

Jimgguk gritó —¡Bu! y abofeteó la cara de Jungkook.

Lo golpeó con fuerza. Jungkook se endureció. Incluso el secretario Hong se mostró firme, pero Jimin se rió a carcajadas.

99% Compatibles ♥︎ KMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora